Pero no pone en riesgo la hegemonía que ésta ha impuesto en los últimos años sobre las armadoras europeas y estadounidenses, estimó Polo Orellana, director general de Mazda México.
“Los efectos podrían detener temporalmente el crecimiento de las armadoras japonesas que tienen entre 35% y 40% de participación del mercado mexicano, pero será un efecto breve porque es marcada la tendencia del consumidor por marcas niponas y es una tendencia irreversible”, comentó.
Orellana destacó el crecimiento que las armadoras japonesas han tenido en los últimos años respecto a las marcas estadounidenses, que hoy tienen 40% del mercado nacional.
Reconoció que el terremoto y el tsunami afectaron a la industria automotriz nipona en todo el mundo. En el caso de Mazda perdió en marzo 50% del volumen de su producción, por problemas de proveeduría de autopartes y de energía en ese país.
Previó que la afectación disminuirá gradualmente; en abril las pérdidas rondarían 40% contra un mes normal, en mayo y junio la cifra sería de 30% y la producción regresará a la normalidad entre agosto y septiembre.
“Sin embargo el terremoto no afectó a Mazda México. Tenemos apoyo de la casa matriz en Japón y nos garantizan el mismo volumen de producción de importaciones a México”, reveló.