jueves, abril 18, 2024
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Brasil une a BRICS para ir contra naciones desarrolladas

Nueva Delhi.- Brasil presionará para que sus pares en el grupo de grandes economías emergentes, entre ellos China, se unan para denunciar lo que observa como políticas monetarias injustas en Europa y Estados Unidos, sembrando la posibilidad de una confrontación global por los desequilibrios económicos.

El ministro de Industria y Comercio de Brasil, Fernando Pimentel, dijo el miércoles a Reuters que su país buscará que el comunicado final de la cumbre del grupo BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, refleje esa posición en el texto.

Pimentel dijo que previamente China había sido cauta para respaldar el texto sobre desequilibrios monetarios globales “porque pensaban que indirectamente podríamos estarnos refiriendo a ellos”.

Muchos analistas consideran que Pekín manipula artificialmente su moneda, pero Pimentel dijo que los grandes problemas pertenecen ahora a los países más ricos.

“(El problema de) hoy no tiene que ver con China”, afirmó Pimentel en una entrevista de 30 minutos con Reuters en la víspera de la cumbre del grupo BRICS en Nueva Delhi. “Tiene que ver con el dólar y el euro”, sostuvo.

Pimentel también ofreció detalles de una nueva iniciativa para reducir el costo de los negocios de los exportadores e importadores brasileños y expresó su visión sobre cómo su país buscará enfrentar los supuestos desequilibrios económicos globales ante la Organización Mundial del Comercio.

 

Tsunami monetario

 

Brasil acusa a los países ricos de ocasionar un “tsunami monetario” al lanzar políticas expansivas como bajas tasas de interés y programas de compras de bonos.

Esas políticas son diseñadas para estimular las maltrechas economías de Europa y Estados Unidos, pero también han generado una oleada de liquidez global que ha inundado a mercados emergentes como Brasil, impulsando sus monedas al alza y haciendo a sus economías menos competitivas en el exterior.

En la entrevista previa a la cumbre de los 5 grandes mercados emergentes agrupados bajo la sigla BRICS, el ministro dijo los países “tienen, más o menos, la misma visión sobre el tema”.

“Creo que va a haber una mención sobre esto (en el comunicado), con seguridad”, dijo Pimentel.

No es probable que un frente unido entre los BRICS persuada a las naciones ricas a cambiar sus políticas monetarias.

Sin embargo, podría darle a Brasil y a otros países un importante escudo político para pedir medidas paliativas mediante un alza de sus aranceles o cambios en entidades globales como la OMC. Brasil encabeza una discusión sobre monedas esta semana en la organización que tiene su sede en Ginebra.

Brasil, cuya economía se desaceleró con fuerza en el último año, se ha convertido en una de las principales voces para denunciar lo que observa como injustos desequilibrios comerciales globales.

Sus acciones y palabras, amplificadas por su posición como la mayor economía de América Latina y la sexta mundial, han generado temores de un creciente proteccionismo entre los mercados emergentes.

Brasil ha culpado a la ola de liquidez global por hacer de su moneda una de las más valorizadas el mundo. A medida que la industria local lucha por superar sus problemas, la economía del gigante latinoamericano creció apenas un 2,7 por ciento en el 2011, por debajo de sus pares del BRICS y lejos de un crecimiento del 7,5 por ciento en el 2010.

Los críticos dicen que Brasil y su presidenta de tendencia izquierdista Dilma Rousseff están utilizando a los países ricos como chivos expiatorios para justificar sus propias industrias ineficientes y otros problemas domésticos.

Los altos impuestos, los costos laborales y una pobre infraestructura han contribuido a hacer de Brasil uno de los lugares del mundo donde es más costoso y complicado hacer negocios.

 

Nuevos planes

 

Pimentel, uno de los asesores en que más confía Rousseff, rechazó que Brasil esté encabezando una “epidemia de proteccionismo” y sostuvo que todas las medidas adoptadas hasta la fecha han estado dentro de los parámetros de la OMC.

El ministro describió la decisión de Brasil en febrero de renegociar un tratado de libre comercio de autos con México como algo único y afirmó que no se proyectaban medidas similares más adelante.

En lugar de ello, dijo Pimentel, Brasil busca cambios en la OMC que pudieran permitir que los países se protejan a sí mismos frente a otros que mantienen sus monedas artificialmente debilitadas para obtener ventajas injustas en el comercio.

Agregó que la tarifa arancelaria máxima del 35% permitida por la OMC se basa en un marco antiguo para la economía global, cuando muchas monedas tenían valores fijos. Afirmó que eso no era protección suficiente en el actual contexto global.

“Las monedas tienen un efecto en el comercio extranjero”, dijo Pimentel. “Cuando se pensó en eso (la tarifa del 35%) en la década de los años cincuenta, era una cifra absurdamente (alta). Hoy es nada. Hoy, un tipo de cambio pobremente equilibrado fácilmente esteriliza ese 35%”.

Mientras que dijo que Brasil no buscará un incremento de la tarifa arancelaria máxima permitida, sostuvo que otros “mecanismos” son posibles.

Una solución, afirmó, sería permitir que los países apliquen una “sobretasa” o penalidad a las importaciones de países que se establezca que mantienen sus monedas artificialmente débiles o cuyas divisas se deprecien cierto porcentaje en el transcurso del tiempo.

“Eso es meramente un ejemplo”, dijo. “Hay otras posibilidades”.

Mientras tanto, Pimentel dijo que Brasil explorará mecanismos para reducir los costos que debe soportar la atribulada industria local.

Reveló que Rousseff está explorando la creación de un sistema de “ventanilla única” que reduciría la burocracia para exportadores e importadores.

Agregó que actualmente las compañías tienen que obtener la aprobación de hasta 17 agencias diferentes del Gobierno para poder enviar bienes fuera de Brasil o para traerlos al país. La iniciativa busca establecer un cuerpo único que supervise esas transacciones.

El ministro dijo que el sistema podría estar vigente durante el segundo semestre del 2012 y que buena parte de la transformación se cumpliría mediante decretos presidenciales, mientras que algunos cambios tendrían que ser sometidos al Congreso.

Si se concreta la propuesta, la medida marcaría uno de los esfuerzos más significativos del Gobierno de Rousseff para reducir los costos corporativos desde que asumió en enero del 2011.

“Eso hará todo más rápido”, dijo Pimentel. “Vamos a poner todo en un solo lugar”.

“De manera que, como ven”, explicó, “no estamos creando barreras. No estamos con el espíritu de tratar de hacer las cosas más difíciles. Pero, dentro de las reglas de la OMC, vamos a hacer todo lo que podamos para defender nuestro mercado”.

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