viernes, abril 19, 2024
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Entre la realidad y el sueño, la infraestructura y energía

Estos son días de gran incertidumbre para los empresarios y los desarrolladores de proyectos de infraestructura y energía. Mientras ha ido avanzando la amenaza del recorte presupuestal, lo que ayer parecía un espejismo hoy se convierte en realidad y esto no es una buena señal para nadie.

La postergación de proyectos, en este caso debido a una falta de presupuesto para su financiamiento, es negativa para el país en su conjunto. Buena parte del crecimiento de una economía es dependiente de su sector constructivo, y cuando éste se detiene entonces tenemos un efecto multiplicador nefasto para el resto de la economía.

Ahora bien, ¿qué se puede hacer en épocas de vacas flacas y hambrientas para no perder del todo el dinamismo de la edificación de infraestructura? Si la falta de actividad es de tipo financiero y no de otra índole, entonces el reto será buscar nuevas fuentes de financiamiento.

En esto, la actual administración federal ha enviado la señal correcta y pareciera que está dando los pasos apropiados. Un ejemplo reciente y sorpresivo es el anuncio del presidente Peña Nieto de los mecanismos de financiamiento a través de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que buscan costear la construcción de infraestructura energética y educativa.

Sin incluir las subastas de bonos de la Federación, comparables a los Cetes, el Estado mexicano ha buscado y fomentado la participación del público inversionista a través de la BMV en el pasado.

De no buena memoria tenemos los petrobonos, que eran títulos de crédito respaldados por cierto número de barriles de petróleo crudo mexicano de exportación y emitido por el Gobierno en el mercado internacional de capitales.

El día de hoy se están proponiendo certificados mejor estructurados y, esperemos, con un mejor riesgo para los inversionistas: las Fibras E y los CerPI.

La Fibra E es un vehículo de inversión que permitirá darles acceso a los inversionistas a proyectos maduros en los sectores de energía, en condiciones similares a los que ofrecen la Fibras inmobiliarias, que han sido exitosas en los últimos años.

El tema con la Fibra E está relacionado con su necesidad de contar con activos o bienes que ya generen un flujo de efectivo conocido a mediano y largo plazo.  Para los propietarios de bienes y/o activos del sector de la energía que ya generan flujos de efectivo ciertos y conocidos, este instrumento es una solución para que sus propietarios puedan financiar proyectos nuevos. 

Este instrumento no es apropiado para financiar infraestructura nueva que no generará flujos de efectivo varios años después de su estructuración. Lo anterior es un problema a medias que se puede solucionar a través de la emisión de un CerPI, el otro instrumento que propone el Gobierno para el financiamiento de infraestructura nueva.

A diferencia de las Fibras E, los CerPI servirán para financiar proyectos en todos los sectores de la economía. Es decir, si se desea invertir en un nuevo puente o carretera, la cual tiene una fuente de repago claramente definida en un plazo de tiempo suficientemente largo (más de 15 años, por ejemplo), entonces el promotor del proyecto puede emitir un CerPi y financiar  costos competitivos su proyecto.

Los principales tomadores de estas emisiones serán las Afores, fondos de pensión privados, aseguradoras, inversionistas extranjeros, etc. La disponibilidad de fondos por parte de este grupo de inversionistas es muy importante.

Tal vez el mayor reto que tienen todos los participantes que se involucren en la emisión de este tipo de instrumentos bursátiles está en el tiempo que la emisión de los mismos podría tomar. Por una parte los promotores de los proyectos deberán estructurar los mismos de forma tal que puedan ser “financiables”.

Por otra parte está la necesidad de contar con un público inversionista que esté calificado para evaluar los instrumentos en los que invierte.

Al ser instrumentos cuyo subyacente es un proyecto, la evaluación implica tener la capacidad de entender la forma en la que la fuente de repago del Certificado opera y sus riesgos. No es trivial y si el pasado nos dice algo, en las Afores existen áreas de oportunidad en este sentido.

Con esta estrategia de financiamiento a través de la BMV (que no es tan nueva, como ya hemos visto) el Estado busca que proyectos de infraestructura no se aplacen o detengan y que la economía, como resultado del apretón del cinturón presupuestal, no se estanque en lo que resta del sexenio del presidente Peña Nieto.

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Cortesía de Investing.com

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