Ganarle terreno a la importación es una de las principales estrategias de las acereras asentadas en México.
Raúl Gutiérrez, presidente de la Cámara Nacional del Hierro y el Acero (Canacero), comenta que la industria siderúrgica mexicana tiene programado invertir cerca de 12,000 mdd en los siguientes cinco años para ampliar la capacidad de producción en alrededor de 5 millones de toneladas anuales para abastecer a diferentes tipos de industrias.
A la industria automotriz, por lo pronto, ni duda cabe que le hacen falta proveedores locales, pero suministrarle material no es cosa sencilla. Nissan Mexicana, por ejemplo, le compra a la planta de Posco, en Altamira, Tamaulipas, 12% de lo que requiere, el restante 88% lo está importando, principalmente de Japón, donde le compra a Nippon Steel.
Chris Styles, director de Compras de Nissan, acepta que es importante tener una proveeduría local de este acero, “fundamentalmente para minimizar los tiempos de entrega y eliminar altos inventarios en almacén”.
Pero el consumo del acero dependerá de la calidad del material, lo cual requiere de una evaluación de hasta 6 meses o más.