Destacó que esta zona depende de los movimientos hacia Estados Unidos en sus modalidades de exportación e importación, y si hay reducción económica y del poder adquisitivo de los estadounidenses, también bajará la cantidad de embarques al vecino país.
“La dependencia con la economía estadunidense provoca que haya una repercusión mayor en el nuestro; espero que el gobierno norteamericano tenga la habilidad de controlar esa situación y la afectación sea lo menor posible”, declaró.
Comentó que era importante no perder de vista que en la región hay producción de electrónica, televisores, juguetes que requiere que los norteamericanos y otras economías del mundo gasten y consuman esos productos para continuar su trabajo.
Debido a que por la frontera hay tres mil cruces diarios de traslado de mercancías es importante que todos los sectores involucrados tomen medidas como eficientizar el gasto, hacer más con menos, certificarse, capacitarse y abogar por una reducción de trámites y papeleos.
“Para mover un camión de un punto a otro, requieren de muchas autorizaciones de todos los niveles de gobierno mexicano y estadounidense”, dijo Alfonso Esquer.
Por su parte Juan Carlos Muñoz Márquez, presidente nacional de la Canacar, opinó que se carece de condiciones para la aplicación del cruce del transporte de carga de Estados Unidos a México y viceversa, una solución lejana y no hay algún beneficio para ambos lados de la frontera.
“Lo principal es que allá si los protege su gobierno, éste se preocupa por la seguridad de sus transportistas, por garantizarles su trabajo, porque una cosa si me queda claro, nos tienen miedo, somos más eficientes los mexicanos”, recalcó.
