En el 2015 la cartera de crédito del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) al sector privado superó los 188,000 millones de pesos. Del total de su portafolio, dos terceras partes están denominadas en moneda extranjera y una tercera parte en moneda nacional.
La depreciación del tipo de cambio, en las que el dólar interbancario llegó a superar los 19 pesos, no representa aún ningún riesgo de impago para el banco entre sus acreditados, ya que al ser primordialmente el sector exportador al que atiende, éste también recibe flujos en dólares.
“Los exportadores reciben flujos en dólares, y necesitan cuadrarlo con sus obligaciones financieras, también en dólares. En ese sentido, el balance está cuadrado: tenemos cartera y pasivos en moneda extranjera y nos da un calce, un cuadre natural (…) El riesgo de tener pasivos en moneda extranjera está mitigado por los flujos en dólares que recibe”, explica Alejandro Díaz de León, director general del Bancomext.
Posterior a la crisis del 2008, los bancos centrales relajaron sus políticas monetarias. Esto permitió que empresas mexicanas tuvieran acceso a financiamiento a largo plazo en dólares, aunque algunos de sus ingresos no fueran en la misma divisa. Ahora que ha iniciado el ajuste de tasas y con la volatilidad en el tipo de cambio, los riesgos se intensifican; sin embargo, el Bancomext asegura que entre sus acreditados no es el caso.
En entrevista, el directivo precisa que, por el contrario, para las empresas exportadoras la apreciación del dólar es una buena noticia, ya que reciben más ingresos por sus productos, lo que les permite continuar con sus planes de expansión. “Para los exportadores es una oportunidad también de crecimiento, y estamos listos para acompañarlos y apoyarlos”, pero reconoce que para las firmas importadoras, esta situación representa un reto importante.
Fondeo diversificado
Díaz de León, director de la institución desde noviembre pasado, menciona que el fondeo del banco que recibe del exterior, a través de la emisión de bonos en moneda extranjera, tampoco representa un riesgo, dado que sus fuentes de financiamiento están bien diversificadas.
“Hemos buscado diversificar las fuentes de financiamiento: tenemos financiamiento local, diferentes tipo de obligaciones en moneda nacional que emitimos en los mercado locales, y también en moneda extranjera que tenemos con bancos internacionales. La tercera y relativamente nueva es la emisión de bonos en los mercados internacionales. En septiembre se hizo una emisión de un bono por 1,000 millones de dólares”, puntualiza.
Añade: “Esto tiene ventajas porque no sólo diversifica las fuentes de financiamiento y abre una adicional, sino que también se convierte en un punto de referencia para el financiamiento de otros bancos de desarrollo o de otras empresas. Esta estrategia de diversificar está orientada a tener fuentes estables de fondeo para nuestra cartera”.
Más para proyectos iniciales
Díaz de León afirma que cada vez ha sido más difícil para la banca comercial dar financiamiento a proyectos en sus primeras etapas. Por ello, considera que el Bancomext puede jugar un rol muy importante con financiamiento en términos adecuados de moneda, plazo, y tasa, que acompañe a éstos en sus etapas iniciales, “y ya una vez que tengan flujos más estables, más predecibles, pueda entrar la banca comercial con un refinanciamiento de los mismos”.
Otro reto importante para el banco es incrementar las cadenas de contenido nacional en las cadenas globales de valor. “Ya tenemos una base exportadora muy significativa en diferentes sectores estratégicos en los cuales el banco está avocado: como el automotriz, el aeroespacial, etcétera, y en ellos uno de los objetivos es lograr vincular a la proveeduría local cada vez con un porcentaje de la producción total”.
De los 188,000 millones de pesos de crédito que otorgó el Bancomext en el 2015 (30% más que en el 2014), 136,000 millones fueron directos, y el resto en garantías, descuentos, factoraje y cartas de crédito. Para los próximos años, de acuerdo con su director, la estimación de crecimiento es de entre 30,000 y 40,000 millones de pesos anuales.
El funcionario reconoce que un factor que podría disminuir la demanda de crédito, y que está vinculado al sector exportador, es una desaceleración de la economía de Estados Unidos. “Pero se sigue viendo dinamismo en el sector exportador, y el ajuste en el tipo de cambio puede contribuir a hacer atractiva la expansión de los procesos productivos en México”.
