Aplicar cuotas compensatorias a la importación de pierna y muslo de pollo proveniente de Estados Unidos provocaría desabasto en amplias regiones del país, principalmente en la frontera norte.
En manos de la Secretaría de Economía, la que encabeza Bruno Ferrari, está el que se detone o no el encarecimiento de este alimento, el cual constituye la principal fuente de proteína animal entre las clases populares.
Bachoco, la empresa que ejerce un poder monopólico en algunos segmentos del mercado del pollo en México, acusa de prácticas desleales al sector importador, pero tuvo 23 años para volverse una compañía competitiva a nivel internacional y no lo hizo.
El grupo propiedad de Eduardo Bours Castelo se queja de que las importaciones han afectado su presencia en el mercado. Sin embargo, en los últimos cinco años absorbió 92% del crecimiento en esa industria, de acuerdo con datos de sus propios informes anuales.
Ahora pretende que la administración de Felipe Calderón continúe protegiendo su ineficiencia, aunque ello signifique un duro golpe a la economía de millones de familias mexicanas de escasos recursos. Lo trágico es que en una de esas el Estado mexicano cede.
El pollo con hueso, incluidas las piernas y muslos, representa 20.7% de los bienes consumidos por los sectores más pobres de la población, sólo después de la tortilla, que a su vez equivale a 27.9%, dato que dimensiona la afectación a la economía de las clases populares.
En esta disputa Bachoco se hace acompañar de Grupo Buenaventura y Productos Agropecuario de Tehuacán, las cuales sin ningún rubor han asumido el papel de comparsas para intentar una representatividad legal.
Es importante destacar que la Unión Nacional de Avicultores, que aglutina a los productores del segmento, rechazó adherirse a la demanda. La próxima semana los ojos estarán puestos en una audiencia que puede resultar crucial.
Resulta que el lunes 29 de agosto tendrá lugar la primera audiencia conciliatoria en la que participarán alrededor de 50 representantes de los distintos sectores involucrados, léase productores, exportadores e importadores, entre otros.
La Unidad de Prácticas Comerciales Internacionales, que capitanea Hugo Perezcano, ha deslizado la posibilidad de aplicar una cuota compensatoria provisional, a pesar de que la propia autoridad reconoce que la investigación podría alargarse un año más.
