La junta de gobierno del Banco de México (Banxico) prevé que la inflación aumente durante 2017, por lo que rebasaría la meta de tres por ciento e incluso podría llegar a cuatro por ciento, debido a la depreciación del tipo de cambio, los efectos temporales del incremento al salario mínimo y la liberación gradual de los precios de las gasolinas a partir de enero próximo.
En la última minuta del año, el Banxico indicó que también espera que haya “incrementos súbitos” en el precio de los bienes agropecuarios y ve otros riesgos internos, como una débil, “por el ajuste fiscal en la pública”, un consumo menor, debido a que los indicadores de confianza del consumidor se han ido deteriorando, e incluso una desaceleración económica.
En el documento, uno de los miembros de la junta de gobierno indicó que México también tendrá riesgos externos para el crecimiento, como una menor inversión extranjera directa, la disminución de remesas y el menor comercio exterior , los cuales están asociados a las políticas proteccionistas de Estados Unidos.
Sin embargo, detallaron que “el principal riesgo es que, derivado de la incertidumbre que prevalece en el entorno externo, la moneda nacional experimente depreciaciones adicionales que afecten las expectativas de inflación y el comportamiento de esta última”.
Los miembros de la junta de gobierno ven un panorama de incertidumbre porque en noviembre la inflación general ya presentó un aumento de 3.3 por ciento, el cual “interrumpió un periodo de 17 meses consecutivos en los cuales la inflación general se ubicó por debajo del objetivo del tres por ciento”.
Dicha inflación obedeció al aumento del dólar frente al peso, de un 20 por ciento en el año, lo cual incremento tanto el precio de los bienes más volátiles, como los energéticos o alimentos, así como el de los artículos con menos variaciones, como los servicios o cuotas escolares.
Ante ello, uno de los miembros resaltó que la variación anual de cada mes en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) es aproximadamente de cuatro por ciento; mientras que la variación anual del Índice Nacional de Precios al Productor se ha acelerado.
Advirtieron que “las presiones de inflación se están generalizando”, e incluso que más del 50 por ciento de los bienes de la canasta básica ya tienen un incremento de sus precios mayor a tres por ciento.
Por otra parte, la minuta de Banxico indicó que ya hay indicios de una desaceleración económica en el país, ya que “durante los primeros nueve meses del año, el PIB con cifras desestacionalizadas se incrementó a una tasa anual de dos por ciento, en comparación con la tasa de 2.7 por ciento observada en el mismo periodo del año previo”. Ante ello, esperan que en el último trimestre del año la situación siga igual.