Para Carlos Martner, Coordinador de Integración del Transporte, del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), México tiene un sistema logístico y de transporte “desequilibrado” en el que predomina “abrumadoramente” el autotransporte como sistema de movilidad, lo cual no abona a la competitividad del país y genera cuantiosas inversiones en infraestructura carretera que al poco tiempo se congestiona. Ante ello, la intermodalidad que derive en mayor uso del ferrocarril y el transporte marítimo podría ser una solución.
El transporte marítimo en ciertos recorridos pudiera tener una participación mucho mayor en el movimiento de carga, pero ello requiere intermodalidad. Desde hace tiempo se han escuchado servicios entre Ensenada y Manzanillo o Lázaro Cárdenas para mover flujos del norte hacia occidente y centro del país, lo cual suena muy lógico; sin embargo, siempre han sido visiones muy parceladas, empresas navieras que han tratado de hacer estos servicios que nunca han tenido resuelta la parte multimodal con el modo terrestre y ha habido una serie de problemas desde que llegas al puerto y te quieren revisar en la aduana aunque seas tráfico local porque no hay espacios reservados para cabotaje, entonces hay una serie de complicaciones que se pueden resolver y darle un mayor uso a la infraestructura”, sostuvo el investigador.
Por otro lado, argumentó que el ferrocarril debe tener una participación mayor en el movimiento de mercancías, ya que tiene potencial para que muchas cargas que ahora se manejan en carretera puedan subirse al tren, aunque debe conocerse a detalle cuáles podrían ser esas cargas porque no cualquiera se adapta a este modo de transporte.
Lo que estoy viendo es un entorno donde los combustibles no van a ser baratos porque ello es lo que viene y no nos vamos a salir de ahí, el combustible va a ser regido por un precio internacional y esto hará que no sea barato ni subsidiado; el ferrocarril debe de tener un elemento de competitividad porque es un modo más económico, se mueven muchas más toneladas por litro de combustible, pero también debe articularse mejor con los modos de transporte terrestre y ahí hay un tema muy importante que se ha mencionado de articulación de última milla, entre terminales, transporte ferroviario y autotransporte que no se ha resuelto”, agrega.
Respecto del modo terrestre, Martner Peyrelongue sostuvo que es urgente realizar análisis sobre los proyectos de infraestructura que impactan más en la reducción del costo logístico del país, los cuales son “bastante evidentes” y tienen que ver con libramientos y corredores eficientes.
Los accesos a las ciudades derivan en demoras y consumo de combustibles; y hay corredores sumamente importantes y rebasados en su totalidad como el México-Querétaro, cualquier proyecto ahí se solventará económicamente rápido pero está muy saturado, está congestionado constantemente, hay muchos accidentes que generan a su vez más congestión y demoras y por ahí pasa una riqueza importante y es el principal del país, porque ahí se bifurcan las rutas hacia el norte, noreste y occidente, ahí se requiere plantear un proyecto que tendrá que hacer la siguiente administración, hay que solucionar ese cuello de botella permanente”, agregó.
De este modo, Carlos Martner añadió durante su participación en el primer Foro de Consulta hacia un Programa Nacional de Infraestructura Sostenible 2030, organizado por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), que el país debe caminar hacia una intermodalidad efectiva y articulada, por lo que es importante que las políticas públicas e inversiones se orienten más hacia este cometido y no sólo en el rubro carretero.