México y Estados Unidos esperan que Estados Unidos les quite los aranceles que impuso a sus importaciones de acero y aluminio, tras el cierre de negociaciones del Acuerdo México-Estados Unidos-Canadá (USMCA, por su sigla en inglés).
El presidente Donald Trump condicionó la exención de esos aranceles a los dos vecinos de Estados Unidos si se lograba un acuerdo respecto a la actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior de México, argumentó que hay otras tres razones por las cuales se debieran desmantelar esas tarifas.
“México no es, de ninguna manera, una amenaza a la seguridad nacional”, dijo el funcionario en una entrevista radiofónica. Como un segundo elemento, arguyó que México tiene un comercio deficitario con Estados Unidos en el acero, por lo que las empresas del lado estadounidense perderían más, en términos de negocios, si se aplicaran aranceles mutuos.
La tercera razón está en que México aplica aranceles espejo contra Estados Unidos por la medida unilateral.
Estados Unidos anunció el 8 de marzo que fijaría aranceles globales de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, argumentando preocupaciones de seguridad nacional, y otorgó a 34 países exenciones, las cuales mantuvo a cambio de límites a través de cupos para los casos de Brasil, Argentina, Corea del Sur y Australia, mientras las extendió sólo hasta el 1 de junio para México, Canadá y las 28 naciones de la Unión Europea. Inicialmente, estas tarifas entraron en vigor el 23 de marzo.
En el 2017, las importaciones estadounidenses de productos de acero y aluminio cubiertos por las tarifas de la Sección 232 ascendieron a 29,000 millones y 17,400 millones de dólares, respectivamente. En general, se esperaría que los aranceles beneficiarán a las industrias nacionales de acero y aluminio, lo que conduciría a una posible expansión de la producción en esos sectores; al mismo tiempo, afectarían potencial y negativamente a los consumidores y las industrias domésticas posteriores (por ejemplo, fabricación y construcción) a través de mayores costos. La exclusión temporal de sus dos vecinos estuvo condicionada a la renegociación (o avance de la misma) de un TLCAN actualizado y beneficioso para la economía estadounidense.