Cámaras de fotos, juegos para chicos y hasta un paquete con 6.624 colmillos de Drácula de cotillón se pueden encontrar en las subastas que la Aduana organiza para deshacerse de los objetos que quedaron abandonados en distintos depósitos del país luego de que el kirchnerismo impidiese su importación.
De a poco, los lotes son subastados por el Banco Ciudad en actos públicos a los que cualquier particular puede asistir. Este martes, por ejemplo, la Aduana anunció el envío a remate de 90 lotes, que incluyen objetos tan disímiles como libros, repuestos para autos y 13.040 joysticks de la ya discontinuada Playstation 2.
Entre los artículos que salen a la venta hay también cámaras fotográficas, puertas para viviendas, adornos navideños y una caja con los ya citados6.624 colmillos de Drácula, que saldrán a la venta con una base de51.004,80 pesos. Si se hace la cuenta por unidad, cada dentadura de cotillón se pagaría 7,70 pesos, pero en las subastas no existe la posibilidad de comprar un artículo por separado. Hay que llevarse los 6.624 juegos de dientes de plástico.
Los 90 lotes serán subastados este jueves en horario todavía a definir en acto público que se realizará en el Salón Nuestra Señora de los Buenos Aires, en Esmeralda 660, 3er piso, Ciudad de Buenos Aires, según informa la Resolución 37 de Aduana publicada hoy en el Boletín Oficial.
Para evitar irregularidades, el Banco Ciudad exige que las personas interesadas en participar de la subasta se registren antes de realizar una oferta. Las propuestas de compra se pueden realizar de dos maneras: de forma presencial o a través de un sobre. Quienes opten por esta última opción deben acercar a la entidad un escrito con la cifra final que están dispuestos a pagar por uno o más lotes y pagar el derecho de oferta.
Las subastas públicas son un procedimiento que la Aduana utiliza hace décadas, pero en los últimos meses volvieron a tomar impulso a medida que el Gobierno empezó a dejar entrar al país los cargamentos que estaban varados por los cepos del kirchnerismo. Los remates comenzaron entonces a multiplicarse ya que cientos de lotes fueron abandonados por sus dueños, quienes no tenían los papeles en regla, ya no tenían interés en lo comprado o ni siquiera se presentaron a retirar sus compras.
