Durante la última década, la región del Bajío registró el mayor dinamismo económico en el país, cuyos integrantes se encuentran entre los mejores en crecimiento de la actividad económica: Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, entre el 2010 y el 2019, el Bajío presentó una tasa promedio anual del Producto Interno Bruto (PIB) de 4.0%, mientras a nivel nacional el aumento fue de 2.6 por ciento.
Los resultados de las otras regiones fueron –todas con variaciones positivas–: 3.4% en la frontera norte, 3.3% en Occidente, 3.0% en centro, 2.6% en centro norte y 0.2% en sur-sureste.
La fortaleza del Bajío provino del comportamiento positivo de sus entidades: el PIB de Aguascalientes incrementó 4.6% promedio anual en el periodo 2010-2019, quedando en segundo lugar en toda la República mexicana, sólo por detrás de Quintana Roo; el PIB de Querétaro ascendió 4.1%, ocupando la tercera posición; el PIB de Guanajuato creció 3.9%, situándose en el quinto escalón, y el PIB de San Luis Potosí varió 3.8%, siendo el octavo estado del país con mayor dinamismo.
En Aguascalientes, los sectores con mejores tasas fueron servicios financieros y de seguros (11.8%), información en medios masivos (11.4%), industrias manufactureras (8.2%), comercio al por mayor (7.6%) y servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas (6.9 por ciento).
En el caso de la manufactura, que aporta 29.6% del PIB estatal, destacaron las ramas fabricación de productos derivados del petróleo y carbón, industria química e industria del plástico y del hule (variación promedio en conjunto de 12.7% en la última década); y equipo de transporte – industria automotriz –, maquinaria y equipo, computación, comunicación, medición y de otros equipos y accesorios electrónicos (12.4 por ciento).
Para Querétaro, los motores fueron servicios financieros y de seguros (13.5%), información en medios masivos (11.3%), corporativos (6.8%), comercio al por mayor (6.8%) e industrias manufactureras (6.0%); en este último sector, con un peso de 28.5% en el PIB queretano, resaltó el agregado de equipo de transporte – industria automotriz –, maquinaria y equipo, computación, comunicación, medición y de otros equipos y accesorios electrónicos (11.6 por ciento).
En Guanajuato, el dinamismo provino de información en medios masivos (12.1%), servicios financieros y de seguros (9.9%) y generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final (8.0 por ciento).
Por su parte, la manufactura guanajuatense, que participa con 25.2% de su economía, presentó una tasa promedio de 5.3%, debido, principalmente, a la industria de las bebidas y del tabaco (alza de 24.4%) y al conjunto de equipo de transporte – industria automotriz –, maquinaria y equipo, computación, comunicación, medición y de otros equipos y accesorios electrónicos (14.2 por ciento).
En tanto, los pilares de San Luis Potosí fueron información en medios masivos (12.7%), servicios financieros y de seguros (10.4%) e industrias manufactureras (6.7%); es esta última rama económica, con una contribución de 28.9% del PIB local, sobresalió la industria automotriz, así como la fabricación de maquinaria y equipo y electrónica (14.0 por ciento).
En la cima
Quintana Roo fue primer lugar nacional en crecimiento económico, con un promedio anual de 4.6% entre el 2010 y el 2019 (diferencia de 0.02 puntos porcentuales con Aguascalientes).
Los principales detonadores fueron servicios financieros y de seguros (12.0%), información en medios masivos (11.6%) y generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final (7.7 por ciento).
Aunque también los sectores con el mayor peso en el PIB de la entidad mostraron un comportamiento positivo: servicios de alojamientos temporal y de preparación de alimentos y bebidas (22.7% de participación en la economía estatal y un incremento de 5.9%), servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles (13.7 y 3.8%) y comercio minorista (12.8% y 5.9 por ciento).