El transporte marítimo es la acción de llevar personas o cosas por mar, de un punto geográfico a otro a bordo de un buque con un fin lucrativo.
La innovación tecnológica en el transporte marítimo se manifiesta principalmente en la contenerización cada vez mayor de la carga y en la tendencia a utilizar buques cada vez más grandes. En los puertos, ésta se manifiesta en la modernización del equipamiento, en la prestación de servicios de valor agregado y en la utilización de tecnologías de punta en materia de informática y comunicaciones.
El transporte, importante pilar de la globalización, ha facilitado la compra y venta de mercancías, materias primas y componentes en casi todos los lugares del mundo. En este contexto, el transporte marítimo ha desarrollado un importante papel en el intercambio de mercancías voluminosas y de valor relativamente bajo.
La innovación tecnológica en el transporte marítimo se manifiesta principalmente en la contenerización cada vez mayor de la carga y en la tendencia a utilizar buques cada vez más grandes. En los puertos, ésta se manifiesta en la modernización del equipamiento, en la prestación de servicios de valor agregado y en la utilización de tecnologías de punta en materia de informática y comunicaciones.
Este fenómeno, que homogenizó la carga general, fue el responsable principal, junto con los avances de la informática y las telecomunicaciones, de todos los cambios que posteriormente siguieron en el transporte marítimo y también en los demás modos de transporte. En efecto, con la utilización del contenedor se pudo reducir sustancialmente el tiempo de manipulación de la carga en los puertos que antiguamente ocupaba aproximadamente los dos tercios del tiempo total del trayecto marítimo. Aparecieron nuevos conceptos y cambios profundos en la cadena de transporte, como la utilización del transporte multimodal entre los países desarrollados, la creación de centros de manipulación de contenedores, la concentración de operaciones en puertos estratégicamente ubicados como verdaderos centros de distribución, los puertos secos, la distribución “justo a tiempo”, y el servicio “puerta a puerta”, entre otros. La importancia de este cambio es evidente. En 17 años, el movimiento de contenedores en todo el mundo aumentó 125 millones de TEU (de aproximadamente 39 millones de TEU en 1980, a 164 millones de TEU en 1997). Con gastos de funcionamiento similares, los buques post-panamax (grandes buques portacontenedores) pueden transportar un 40% o un 50% más de contenedores que un buque panamax. Por lo general, estos buques son más rápidos que los tradicionales, aunque esto es más una ventaja que una necesidad, pues es preciso compensar los mayores tiempos de permanencia en puerto.
El transporte marítimo es un sector de carácter tan internacional que se acepta de modo generalizado que la cuestión de la seguridad y otros asuntos han de abordarse a nivel internacional. Esto es aplicable tanto a los graneleros como a otros tipos de buques, y desde 1959, fecha en que se creó, la Organización principalmente responsable de su seguridad es la Organización Marítima Internacional (OMI), el organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa de la seguridad de la navegación y de la prevención de la contaminación ocasionada por los buques.
La OMI es una organización muy técnica cuyas funciones principales pueden resumirse en la frase “una navegación más segura y un mar más limpio”. Fundamentalmente la OMI cumple este mandato mediante la elaboración de convenios, códigos y recomendaciones destinadas a ser de aplicación universal. De todos estos instrumentos, los más importantes han conseguido ese objetivo. Algunos de los convenios más importantes han sido ratificados por más de 120 países y se aplican a más del 98% de la flota mercante mundial. En la práctica ningún buque puede efectuar un viaje internacional si no está construido y equipado de acuerdo con las prescripciones de la OMI (aunque la forma de implantarlas puede variar enormemente). Para que un puerto cuente con el certificado de puerto seguro, debe contar con un Centro de Control de Tráfico Marítimo (CCTM), el cual para su planificación e implementación deberá de seguir en lo posible, los lineamientos adoptados por la OMI en su Resolución 857 Asamblea 20.
El objetivo principal del CCTM, es incrementar la seguridad del puerto reduciendo los riesgos de accidentes inherentes a la navegación de las embarcaciones y artefactos navales, y de la seguridad de la vida humana en el mar; proteger el medio ambiente marino, además de controlar, coordinar y optimizar el tráfico marítimo, mediante la planeación estratégica de los movimientos de los buques y la facilitación de asistencia de información náutica y meteorológica. Los CCTM cuentan con equipos modernos marítimos de navegación, comunicación y meteorológicos, como los son los radares, radios de banda marina, así como sistemas de adquisición automática de buques (AIS).
En el ámbito del diseño de la infraestructura de puertos existe una nueva tecnología para el estudio de maniobras de buques en tiempo real. El simulador es un sistema que reproduce de manera precisa el comportamiento de un buque, durante la ejecución de maniobras de acceso o salida de un puerto. Gracias a los adelantos en ingeniería naval, reproducción audiovisual e instrumentación real con los que cuenta un Simulador de Maniobra en Tiempo Real, el Capitán o Práctico que opera en dicho sistema es capaz de experimentar situaciones de igual modo como si estuviera en un puente de mando. Cuenta con instrumentos de navegación reales, radar sintético, reproducción visual de los escenarios a través de una pantalla de 180°, 260º, 270° o´ 360° dependiendo de las capacidades técnicas de cada simulador, y perspectivas desde distintos ángulos, además de incorporar las variables de agentes ambientales (oleaje, corrientes y viento), sonido ambiente, señales audibles y visibilidad limitada. Además, existe la posibilidad de incorporar la acción de remolcadores en las maniobras de operación realista.
Con todo ello, el sistema obtiene resultados de gran precisión, al incorporar la acción humana en el desarrollo de las maniobras e integrar gran parte de los factores presentes en las mismas. La utilización del Simulador de Maniobra en Tiempo Real es una herramienta esencial para el análisis detallado de condiciones de maniobra especialmente complejas, en las que el factor humano resulta relevante.