Importar granos de Sudamérica implica costos tan altos que representa una salida falsa para México frente un potencial incremento de aranceles de Estados Unidos en el sector agrícola, alertó Greta Villarseñor, Directora Ejecutiva del Consejo Empresarial de la Industria del Maíz y sus Derivados.
Por lo que aseveró que, en el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el gobierno mexicano debe hacer la tarea pendiente con la industria de los granos en México si lo que se busca es incrementar la producción y fortalecer la oferta para nuestro país.
En entrevista con Aristegui Noticias, la representante de los industriales de la masa y la tortilla fijó su postura sobre la alternativa de la Secretaría de Economía por diversificar las importaciones de granos si la modernización del TLCAN no consigue mantener la compra de este producto originario de EU con cero arancel.
“Es muy difícil que la importación de un grano de otra región (distinta a EU) compense los costos que pudieran generar los aranceles”, sostuvo Greta Villaseñor. Y en particular, sobre la diversificación para adquirir granos desde Sudamérica, dijo que “el costo del flete marítimo no te permite una importación barata”.
En contraste, puntualizó que las ventajas de las compras de granos originarios del vecino del norte son que EU “tiene gran capacidad de mover granos por ferrocarril para que entren por nuestra frontera norte”, lo cual abarata los costos. De modo que el atractivo del mercado estadounidense se puede resumir en su cercanía geográfica y su infraestructura, enfatizó la directiva del Consejo.
Por si fuera poco, explicó que el tamaño del mercado chino concentra los fletes marítimos comerciales hacia el gigante asiático. En el mercado internacional “es más rentable usar los barcos para llevar la mercancía a China”, afirmó.
Demanda atención a la distribución y comercialización de maíz en México
Frente a las desventajas competitivas para importar granos de Sudamérica, Greta Villaseñor considera que la renegociación del TLCAN es un incentivo para que el gobierno mexicano atienda las demandas de la industria del maíz en México.
Cabe destacar que justo esta semana, la Secretaría de Economía enfatizó que las necesidades del sector agropecuario serán incorporadas en las gestiones del acuerdo trilateral, que inician el próximo miércoles 16 de agosto en Washington, D.C.
De manera que Villaseñor urgió al gobierno mexicano para estimular el incremento de la producción de maíz blanco (para consumo humano) en nuestro país, pues incluso si las conversaciones trilaterales tienen buenos resultados, “creemos que incrementarán las importaciones de maíz amarillo (forrajero) de EU y Canadá”.
Si México aspira a incrementar la producción de maíz blanco, necesitamos estimular esta actividad en diferentes estados de la República, como Guerrero, Morelos, Hidalgo y Veracruz, donde hay “maíces de buena calidad”.
Para ello se requiere la infraestructura necesaria para la conservación y la distribución del grano, pues “no hay dónde guardarlo”, argumentó la directiva del Consejo Empresarial de la Industria del Maíz.
Señaló que con frecuencia la humedad y las plagas son obstáculos para comercializar el maíz blanco en México.
“Los productores no tienen infraestructura propia para vender el grano a los consumidores finales. El agricultor sufre, no hay dónde almacenar y secar el maíz”, denunció.
Por último, Villaseñor acusó que los recursos económicos públicos que Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) otorga al campo, llegan tarde y no se pueden ejercer en otro ciclo agrícola.
“Se malgastan los recursos, falta capacitación para ejercerlos y la entrega de apoyos es inoportuna“, sentenció la Directora Ejecutiva del Consejo.