Industria 4.0, manufactura avanzada o manufactura inteligente –como los empresarios y los trabajadores quieran llamarle– no significa una oportunidad para recortes de personal, sino una reconversión de las plantillas laborales para formar capital humano más especializado y productos con valor agregado, coincidieron expertos del sector tecnológico durante un panel sobre manufacturas especializadas que fue organizado por la Canieti como parte de los trabajos de su convención anual.
Este es un tema espinoso, pues también fue parte medular en las negociaciones de México con Estados Unidos por un tema de empleos y salarios en el hoy TLC que apunta a ser bilateral en tanto Ottawa y Washington no superen sus diferencias en el pulso que ambos mantienen sobre sus respectivas industrias automotriz y de lácteos para finalmente darle un segundo aire al TLCAN.
La manufactura avanzada “ya existe y está en todas las empresas que han invertido” y de hecho, de entre las exportaciones mexicanas al mundo, más del 25% de ellas fueron manufacturadas con soluciones de alta tecnología y en la materia, el sector automotriz es el que lidera con el despliegue en fabricación de productos e inversiones. En el Bajío, por ejemplo, una veintena de compañías relacionadas con el armado de vehículos explotan algún tipo de solución de industria 4.0 y mantienen empleos con salarios sobre la media en México.
El entorno global y la situación económica de cada país en particular obligará a los empresarios a pensar en soluciones de industria 4.0 para ser competitivos y poco a poco las cadenas de valor irán mutando hacia otras con procesos más eficientes y de valor agregado, añadieron los panelistas.
Lo relacionado con la industria 4.0 debe ser considerado como un tema prioritario y “afortunadamente” en el gobierno saliente y en el entrante se aprecia la disposición de la administración federal por hacer parte a las posiciones del sector industrial en la creación y empuje de la política económica del país en su comparativa con otros mercados emergentes.
“Hay que hacer que las empresas coloquen su dinero en nuestro país (…) Esto es un tema de política económica, de fomento a las inversiones, la automatización y la productividad y por eso el concepto de industria 4.0 nos hará diferentes; para ello se necesitan muchos incentivos para hacer competencia por inversión y para poder crecer así, pues para poner un robot se requiere de enlaces e inversiones que en definitiva dará a todo el proceso un valor agregado y liberará recursos para resolver otros problemas. La tecnología incentiva y crea valor”, planteó Manuel Aragón, jefe de Operaciones de Manufactura de Cisco Systems en su plática con los industriales de Canieti.
“No pensamos que con ella se va a destruir el empleo, pero sí se tiene que transformar. La industria 4.0 representa una transformación total; es una transformación digital. La tarea es hacer que esa transformación digital llegue a cada empresa, cada hogar y cada persona. Los empleos como existían ya no serán los mismos, pero van a ser más y totalmente diferentes. El tema que ahora se tiene que considerar es que los recursos se tendrán que preparar de una forma totalmente diferente y enfocados con tecnología”, comentó César Funes, el encargado de Huawei México en temas de infraestructura para carriers de Huawei México.
México, según el año y el organismo que lo mida, ocupa la decimoquinta posición entre las grandes economías del mundo y es líder, en promedio el séptimo global, en temas como electrónica, automotriz, aeronáutica y tecnologías de la información; y apunta a conseguir un puesto decente en nuevos campos como biotecnología, nanotecnología y en la industria farmacéutica. Con eso, ProMéxico cree que el país se moverá de ese lugar hasta el sitio ocho para el año 2050, pero para que eso sea posible se necesitará que las empresas, la academia y el gobierno “cambien el chip” de las planeaciones de negocio y la formación de capital, la tarea no es sólo de las compañías que son las primeras, conforme los retos competitivos internacionales, las que han comenzado en trabajar en la educación de su personal.
“El país ha cambiado de ADN en los últimos treinta años. Pero necesitamos cambiarnos otra vez el chip”, coincidieron los representantes de Cisco y Huawei, en el sentido de que si ya México reporta un 95% de su PIB sobre manufacturas, la incursión plena y fabricación con soluciones de industria 4.0 asegurará esa cifra para los siguientes años.
“Necesitamos que esté ya esa política que vea a la industria 4.0 como una estrategia de país –el Ejecutivo federal se encuentra en el camino de poner en marcha efectiva un decreto en la materia– y requerimos que el talento entienda que con tecnología se puede producir más tecnología y más valor. México ya está avanzado en TI y ahora queremos un talento que además esté dispuesto a reinventarse para vincularlo a donde se tenga que vincular para crear más valor o no habrá más oportunidad. Necesitamos menos producto barato y más solución de valor agregado”, dijo Manuel Aragón, de Cisco.
La oportunidad de la que habló Aragón bien empataría con el hecho de que la industria manufacturera mexicana sufrió un descenso en 2017, aún con que el país reportó un crecimiento económico. Medido en el Producto Interno Bruto, el producto del sector industrial se contrajo 0.6% en el año pasado, la más importante desde 2009.
De acuerdo con estudios de PwC, la digitalización y automatización inteligente para la industria manufacturera contribuirá con el 14% del PIB global en 2030, una cifra equivalente a 15 billones de dólares; cerca a lo que hoy día genera la economía de Estados Unidos.
Para César Funes, de Huawei, el cambio de chip pasa porque el país y sus líderes miren a las nuevas tecnologías como habilitadores de nuevos negocios y bienestar para los trabajadores, más no como un mero generador de ahorros y de entenderlo así, el Internet de las cosas (IoT), el big data, los centros de datos, la banda ancha y el cloud computing harán que “los mexicanos usen menos las manos y más el intelecto para generar valor y proteger su empleo”.