Para que México obtenga un mayor nivel de crecimiento, desarrollo y prosperidad, en el ámbito del USMCA, requiere de una nueva política industrial y del fortalecimiento globalmente productivo y competitivo del mercado Interno, de otra forma los resultados no serán significativamente diferentes, advierte el Instituto para el Desarrollo Industria y el Crecimiento Económico (IDIC).
Señala que el fin del TLCAN no debe tomarse a la ligera. Durante las últimas tres décadas, México construyó su política económica y las instituciones respectivas alrededor de un marco de libre comercio, en donde el TLCAN era la columna vertebral. Con ello se renunció a la política industrial y al fomento de las empresas nacionales, el crecimiento llegaría vía el comercio internacional, particularmente con Estados Unidos. Lo anterior no sucedió.
El resultado observado en los últimos 25 años es concluyente:
El aumento del producto interno bruto (PIB) no supera el 2.5% anual.
Donde el 23% del total es generado por la economía informal.
Lo anterior se encuentra vinculado con un mercado laboral predominantemente informal, 57% de la población ocupada se encuentra en dicha situación.
En el periodo 2013-2018 se perdieron más de 420 mil empleos en el rango superior a 10 salarios mínimos. En pocas palabras, no hay más empleo mejor pagado.
Por tanto, mayor productividad y competitividad dependerán de la política económica e industrial del próximo gobierno no únicamente de los acuerdos comerciales, señala el IDIC.
Aplicar una nueva política industrial implica que se debe romper con el error del modelo de apertura económica mexicano. Representa un cambio de fondo. Para transformar el modelo de apertura comercial mexicano, el país debe fortalecer su aparato productivo e incrementar su generación de valor agregado, con empresas nacionales altamente competitivas a nivel global.
México deberá disminuir la dependencia respecto a las importaciones de insumos intermedios que mantiene. Para hacerlo debe incrementar su ritmo de innovación tecnológica y desarrollo de capital humano. La única forma de lograrlo integralmente es a través de una Nueva Política Industrial.
Se debe evitar otro de los errores que marcaron los límites del TLCAN. Más allá del mensaje mediático y político, se deberá revisar con lupa el USMCA presentado al Congreso mexicano para responder ¿Cuál es el beneficio económico y social que se espera del nuevo acuerdo? Particularmente cuando el proceso de renegociación fue ríspido y con metas divergentes.
En los próximos años, México deberá superar los rezagos estructurales que han limitado el desarrollo del país.
La política comercial no es política industrial y, por tanto, no puede proporcionar los beneficios de contar una estrategia de desarrollo industrial moderna e integradora de la economía nacional. El principal desafío por resolver es la generación de empleo formal y bien remunerado, a través de un incremento significativo en la tasa de crecimiento del PIB.
EL DATO:
México deberá disminuir la dependencia respecto a las importaciones de insumos intermedios que mantiene