México tiene por primera vez en su historia Zonas Económicas Especiales en el Sureste del país que conforman siete regiones y, otra Zona Económica Especial en la Región Fronteriza del Norte que comprende seis estados que colindan con el vecino país de los Estados Unidos de Norteamérica, qué por su extensión geográfica pasa a ser la Zona Económica Especial más grande del mundo con 3,180 kms.
¿Qué son las Zonas Económicas Especiales (ZEE)? Son áreas dentro de un país, delimitadas y consideradas económicamente deprimidas o desatendidas, donde las reglas para los negocios gozan de políticas fiscales más abiertas e incentivadoras para la atracción -a esos lugares- de la inversión (nacional y extranjera), el empleo y con expectativas de un mayor comercio exterior o de exportaciones.
Las ZEE constituyen parte de una estrategia de política económica que muchos países, como Irlanda del Norte en 1950, fue el primero en establecer zonas libres, con el objetivo de atraer inversiones mediante el uso de diversos incentivos.
El ejemplo más claro y exitoso, como parte de la estrategias para impulsar un modelo de desarrollo económico, ha sido China, y en su pasado reciente nos muestra cuando las fuerzas del Partido Comunista de China bajo el mando de Mao Tse Tung, se impusieron a las fuerzas del antiguo régimen y con ello se estableció el comunismo. Durante muchos años (de 1949 a 1976), China estuvo sometida a una visión completamente ideológica y revolucionaria que llevó a la miseria y pobreza a cientos de millones de chinos. A la muerte de Ma Tse Tung, en 1976, éste nombró como su sucesor a Hua Kuo-feng, qué tras fuertes pugnas internas, arribó al poder Den Xiaoping (en 1978), quién bajo su mandato emprendió las reformas económicas de liberalización de la economía socialista para abrirla a una economía de tipo capitalismo, y manteniendo la retórica de estilo comunista, prevaleciendo -como hasta hoy- en el poder el Partido Comunista Chino. La transición del socialismo al capitalismo, se dio debido a que el sistema de comunas fue desmantelado progresivamente y los campesinos empezaron a tener más libertad para administrar las tierras que cultivaban y vender sus productos en los mercados locales y regionales, y al abrirse al mercado externo, China facilitó la entrada de inversión extranjera y con ello la tecnología y la innovación, lo que permitió que su economía creciera a una de las tasas más altas en el mundo: por arriba del 14% anual.
Lo importante de las Zonas Económicas Especiales de China, creadas en 1978 por el Den Xiaoping, que buscaba atraer inversión extranjera productiva al país para generar empleos y combatir así la pobreza, han sido durante ya más de 30 años, uno de los principales motores del desarrollo económico de ese país oriental, cuyas tasas de crecimiento promedio han rondado el 10% en los últimos años.
En México, durante los últimos dos años del gobierno de Enrique Peña Nieto, se empezó a implementar estas estrategias para impulsar y equilibrar el desarrollo económico. En 2017, se establecieron tres Zonas Económicas Especiales en el Sureste: ZEE en Puerto Chiapas (estado de Chiapas); Coatzacoalcos (Veracruz) y el Puerto de Lázaro Cárdenas (Michoacán)-La Unión (Guerrero) aprovechando su posición geoestratégica y sus ventajas comparativas.
Posteriormente (2018) a estas tres primeras zonas económicas, se sumaron otras cuatro, tales como: Salina Cruz (Oaxaca) que aprovecha el corredor transístmico -Istmo de Tehuantepec-Coatzacoalcos; Puerto de Dos Bocas (Campeche); Puerto Progreso (Yucatán) y Puerto Champotón en Tabasco.
En total suman siete Zonas Económicas Especiales en el Sureste, cuya característica es que gozarán de importantes beneficios fiscales, consisten principalmente en: i) una disminución del impuesto sobre la renta del 100% los primeros 10 años y del 50% los siguientes 5 años; ii) el otorgamiento de créditos fiscales equivalentes al 50% de las cuotas patronales del componente de salud del IMSS los primeros 10 años, y del 25% los siguientes 5 años; y iii) la aplicación de una tasa del 0% del impuesto al valor agregado a las actividades realizadas en las Zonas, a los bienes que se introduzcan en estas, así como a los servicios que se aprovechen en su interior, siempre y cuando estos últimos sean provistos por empresas residentes en México.
Con respecto al régimen aduanero especial, se exentará a las empresas en la ZEE de impuestos al comercio exterior y de restricciones no arancelarias para favorecer la vocación exportadora de estas Zonas.
Por otra parte, en este arranque del sexenio del presidente López Obrador, como que no se quiso quedar atrás, y lejos de menospreciar lo que ha dejado Peña Nieto como Zona Económica Especial en el sureste, ha declarado mediante decreto que a partir del 1 de enero de este 2019, se constituye oficialmente la Zona Económica Libre en la Región Fronteriza del Norte (RFN), integrada por seis estados fronterizos como: Baja California, Sonora Chihuahua, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, con una expansión geográfica de 3,180 kms. El objetivo es que mediante incentivos fiscales (bajar la tasa del IVA del 16 al 8% y dejar el ISR en 20%) rescatar el potencial de la región fronteriza y volverla competitiva en la medida de lo posible con las ciudades fronterizas de la Unión Americana con México.
No parece imposible, pero estamos ante un nuevo reto en el desarrollo económico del país, y bien vale la pena recordar la frase de Den Xiaoping que acuñó en un discurso (1960) y que pretendía convencer a sus connacionales para sacar a China de la pobreza: “da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones”; es decir, da igual que sea socialista o capitalista, lo importante es salir de la pobreza. Hoy China es la segunda economía más poderosa en el mundo: hoy por hoy México ha iniciado la reorientación en su desarrollo económico, ¿no lo creen?