OAXACA.- Hace 127 años el ferrocarril llegó a Oaxaca y es en el Istmo de Tehuantepec donde se ha negado a morir, pues existen 206 kilómetros de vía, 148 puentes y 399 alcantarillas que, no obstante, hoy agonizan en medio de la mancha urbana que día con día crece asfixiando esos espacios.
La parte más delgada del país es atravesada por el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), que une los puertos de Coatzacoalcos, en Veracruz, con el de Salina Cruz, en el estado de Oaxaca, banda que conecta el tramo de Medias Aguas, Veracruz, con la costa oaxaqueña, en la llamada Línea Z.
Y pese a que cada año se desarrollan trabajos de conservación y mantenimiento preventivo y correctivo, con la aplicación de soldaduras, pintura a puentes y estructuras, desyerbe, limpieza de cunetas y desmonte, la labor de las cuadrillas no alcanza para mantener la vía en óptimas condiciones.
En los últimos años, el desuso ha provocado la invasión de esa zona federal que generan problemas en el tránsito del ferrocarril por colonias de Salina Cruz, pues la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha colocado postes de energía eléctrica en pasos por los que circula el tren.
Colonias como Héroes de Nacozari y Guadalupe forman parte colindante de la invasión del derecho de vía, lo que ha afectado de manera directa el paso del tren, lugares donde de manera indebida se han asentado comunidades enteras.
Sin importar el riesgo, las familias se fueron asentando y construyendo, derrumbando la poca seguridad de los terrenos que pertenecían al gobierno federal.
Con ellas también llegaron escuelas y clínicas a estas zonas, que aunque no están reguladas han sido parte de los beneficios sociales que a través de presión de pobladores o que con apoyo a partidos políticos han obtenido.
A la fecha, las construcciones son de tabique y concreto y existen viviendas incluso de dos pisos; las poblaciones se han extendido y para fortalecerse sus habitantes invitan a más personas a residir, lo que además pone en grave riesgo su vida ante la latencia constante de un accidente con el tren.
UNA REGIÓN POBRE Y RUTA DE MIGRANTES
Hoy se baraja la propuesta de la actual administración federal de conectar el FIT con el Tren Maya y captar la carga de la ruta del Canal de Panamá que cubre la Costa Este de Estados Unidos hacia el continente asiático, tras corregir la pendiente de la Línea Z y mejorar la eficiencia operativa, por lo que se prevé que más allá de la gestión de recursos, la liberación de vías tendrá que batallar con quienes viven al margen de los durmientes.
El Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec circula principalmente por los municipios de Matías Romero, Salina Cruz, Ciudad Ixtepec, Asunción Ixtaltepec y Juchitán, pertenecientes a la región Mixe y de lengua zapoteca, una de las regiones más marginadas por muchos años y donde la pobreza extrema es el principal problema social.
Gobernada por los partidos Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, y en algunos ayuntamientos por Movimiento de Regeneración Nacional recientemente, la región es hoy fuertemente afectada por el crimen organizado, ya constantemente se registran ejecuciones, además de ser el paso de migrantes desde Centroamérica que buscan el sueño americano. El tren, con o sin nueva inversión, sigue siendo referente y una esperanza de desarrollo al articular a lo largo de su tendido toda una cadena de comunidades.