Se importaba de Venezuela caca
o, cueros y tabaco. De éste se importaban 4000 petacas anuales. De Yucatán o de Campeche se sacaba la grana o cochinilla (tintes), y palo de tinte. Se empezó a exportar azúcar (sobrepasando a la producción de Cuba),y cueros de res, miel y cera. Desde España nos llegaban vajillas, ladrillos, tejas, jarcias, papel, baterías de cocina de hierro, azulejos, vinagre, aceitunas, frutas secas, bayetas, cáñamo y lino, aceite, aguardiente, vino, jamón, vidrio, pólvora, alambre, plomo, acero, hierro, semillas de trigo y cebada, y animales como caballos, vacas, burros, corderos, cabras, cerdos y gallinas. Del Oriente, a través de las Filipinas, terciopelos, sedas, lanas y linos en lienzos y madejas, telas de algodón, camas, pabellones, colchas, cobertores, almizcle, ámbar, oro, perlas, loza y porcelana, escritorios y otros muebles de madera, artefactos de marfil y hueso, diamantes, rubíes y otras piedras preciosas, nueces, mangos, dátiles, piñones, manzanas, naranjas, azafrán y almendras, etc. Desde las Molucas nos reexpedían las especias de clavo, canela y nuez moscada. Hacia Perú se enviaban desde Acapulco las manufacturas de lujo que con la seda china se fabricaban aquí, y se recibía de esa colonia española plata acuñada en gran cantidad. Se prohibía importar desde España entre otras cosas, los libros de romance “que trataban de materias profanas y fabulosas, é historias fingidas”, y aún libros de rezo sin permiso del monasterio de San Lorenzo el Real, las armas ofensivas y defensivas, y pistolas y arcabuces menores de marca.
Y absolutamente a todo extranjero y todo comercio de éstos con las colonias españolas. Florecía el comercio en el siglo XVI, pero poco después se restringieron las importaciones y exportaciones. Para impedir la competencia en la industria vinícola española, se mandaron arrancar las cepas de uva, se prohibió la plantación del lino, los olivos, las moreras para la cría del gusano de seda, que ya florecía en Chiapas y Oaxaca. México dio a conocer al mundo el hule, el maíz, el jitomate, el cacao, el cacahuate, el guajolote, el pipián, el chilacayote, etc., el algodón de fibra larga, la grana o cochinilla, varios palos de tinte, el copal, el camote, el chile, el aguacate, el chicozapote, las tunas, pitahaya, un tipo de piña u mil frutas más, así como muchas hierbas medicinales, como la raíz de la jalapa, etc. Estos datos son poco conocidos en México, y son útiles para sopesar nuestro comercio exterior actual.