Las empresas maquiladoras que utilizan el esquema de outsourcing enfrentarán este año un grave dilema sobre la forma en la que tienen que hacer el pago de utilidades, pues la reforma laboral cambió las disposiciones que había y puso nuevas, pero muy confusas, advirtieron especialistas fiscales.
Héctor Gerardo Aguilar, socio del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), indicó que los cambios realizados a la Ley Federal del Trabajo, publicados el 30 de noviembre del año pasado y que están en vigor desde el primero de diciembre, generan mucha incertidumbre sobre quién es el obligado a pagar la Participación de los Trabajadores en las Utilidades (PTU) en caso de una relación de subcontratación.
Sólo en la industria maquiladora hay 29 mil 365 empleados (15.23 por ciento de los trabajadores ocupados en el sector) contratados mediante este esquema.
La subcontratación o outsourcing consiste en que una empresa recluta trabajadores y los envía a trabajar a otra. De esta manera, la empresa que subcontrata se enfoca en la producción ahorrando dinero en costos administrativos como de contratación y despido.
La firma de outsourcing se encarga de todos los costos y obligaciones laborales.
Aguilar explicó que hasta antes de la reforma, el obligado a pagar la PTU era el prestador del servicio de outsourcing, y el cliente sólo respondía en caso de que la firma de recursos humanos no pagara las utilidades.
Ahora, indicó, como quedó la ley no hay suficiente claridad para determinar quién es el obligado, y se pueden dar casos en los que el subcontratado reclame a las dos empresas –a la firma de recursos humanos y a su cliente– el pago de las utilidades.
El especialista sugirió a las empresas que tienen contratos de outsourcing dejar que las firmas subcontratadoras se encarguen de pagar las utilidades a los trabajadores, pero de todas maneras hacer una reserva.
