- Se combaten las prácticas contra los derechos de los trabajadores y se garantiza el pleno respeto a sus condiciones laborales
- Corresponderá al presidente electo y a los gobiernos de Estados Unidos y Canadá ratificar este acuerdo a principios del próximo año
La modernización del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos al ahora denominado Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) permitió que se blindara de forma prioritaria el sector automotriz, una de las industrias fundamentales, sobre todo para la zona del Bajío a la que pertenece Aguascalientes; además de apostar a la negociación de más apertura en otras áreas como la aeroespacial, electrónica, dispositivos médicos, entre otros, resaltó el jefe negociador de la Delegación Mexicana, Kenneth Smith Ramos.
En su visita por la entidad, previó a la ponencia: Resultado de la modernización del TLCAN ahora T-MEC, que impartió en la Universidad Panamericana, Smith Ramos destacó en entrevista con los medios de comunicación que se han alcanzado resultados positivos que es necesario que se difundan, así como el proceso de negociación para llegar a ello.
Precisó que las mesas de acuerdo concluyeron el 30 de septiembre por lo que actualmente los tres países involucrados llevan a cabo un proceso de revisión legal del acuerdo para asegurar que los compromisos plasmados se van a reflejar con una certeza jurídica y legal para que los vínculos y tratos comerciales se lleven conforme a lo establecido en el tratado; se estima que entre el 15 y el 20 de noviembre podría estar listo para la firma planeada para los últimos días del presente mes.
El principal negociador de este acuerdo por parte de México explicó que será responsabilidad de la siguiente administración federal, que asumirá el 1 diciembre Andrés Manuel López Obrador, así como a los respectivos gobiernos de Estados Unidos y Canadá, el proceso de ratificación del acuerdo en los poderes legislativos, ya que esto tendría lugar hasta el próximo año.
Indicó que el lunes se llevó a cabo una ceremonia en la residencia oficial de Los Pinos con el actual presidente Enrique Peña Nieto, donde acudieron el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal y el canciller Luis Videgaray Caso; así como los titulares de las áreas de trabajo y agricultura del Gobierno Federal, junto con el sector empresarial del país e integrantes del equipo de transición del nuevo gobierno que participaron en la negociación, donde se reconoció al equipo negociador que participó en este esfuerzo.
“Somos más de 300 negociadores de la administración pública, encabezados por la Secretaría de Economía, pero también por todas las demás dependencias que participan, expertos técnicos en estos esfuerzos y además de estos funcionarios, aproximadamente 300 integrantes del denominado Cuarto de Junto del sector privado que acompañan las negociaciones”, detalló Smith Ramos.
Dijo que el logro de haber cerrado este nuevo acuerdo en América del Norte y sus implicaciones requiere que se dé seguimiento al trabajo que se hizo por la transición después del 1 de julio para lograr el cierre de ella negociación, pues aseguró que se obtuvo un resultado que satisface al gobierno saliente, que fue el que inició con la negociación, asimismo, señaló que para el equipo de transición es un instrumento que tiene buenas posibilidades de presentarse y de ser aprobado por el Senado de la República.
Kenneth Smith enfatizó que en términos del tema laboral, el T-MEC se abordó en dos frentes; detalló que en el capítulo laboral como tal, en ninguno de los tratados que se tienen en vigor, se establecen o se pueden imponer salarios en ninguno de los países, lo que se hace es seguir los principios fundamentales plasmados en la Organización Internacional del Trabajo, en términos de combate a prácticas contra los derechos de los trabajadores.
“En ese sentido se combate el trabajo forzado, el trabajo infantil, introducimos conceptos nuevos que fortalecen el capítulo en la materia de violencia en el trabajo o cualquier tipo de discriminación, sobre todo discriminación por género”; el negociador aseguró que con ello se robustece el compromiso de los países de que se respetarán estos derechos y que se apliquen sanciones a quienes no los respeten, sujeto al Sistema General de Solución de Controversias del Acuerdo; reiteró que eso se traducirá en un beneficio para los trabajadores de los tres países.
Subrayó que en términos específicos de las preocupaciones que había al inicio de la renegociación sobre todo en el tema de los salarios, dijo que se logró eliminar la propuesta de Estados Unidos que pretendía imponer salarios en el sector automotriz; recalcó que lo más viable en estos acuerdos de los Tratados de Libre Comercio es tener un capítulo laboral que proteja los derechos de los trabajadores, garantizar que haya recursos para que sus remuneraciones se respeten, además de que se puede fortalecer el empleo en el sector exportador.
Smith Ramos indicó: “Sucede que en el sector exportador en México se pagan salarios que son casi 40 por ciento superiores a los salarios en el resto de la economía que no exporta; esa es la contribución y en el sector automotriz se establece un valor de contenido laboral que sustituye esta idea de imponer salarios; lo que hace es que simplemente dice si hay un porcentaje del vehículo que debe provenir de regiones que tienen un salario superior a los 16 dólares”.
Aseguró que hoy en día ya se aplica esta política, ya que cuando México exporta un automóvil a Estados Unidos y Canadá o al resto del mundo, ya tiene componentes que provienen de los países con los que signó el tratado, por lo que ya cumplen con ese nivel; indicó que lo que se está modernizado en el acuerdo es que conforme vaya a creciendo esta industria en el futuro, Estados Unidos pretende tener un porcentaje de crecimiento de ese sector mayor al que tiene hoy en día, “Se acomodó de tal manera que no tenga un impacto negativo, porque no te obliga a reducir la producción en México, enviar menos vehículos o tener una situación en que por los salarios que se pagan hoy en día en México, no estés en condiciones de exportar a Estados Unidos, simplemente reconoce que un cierto porcentaje del vehículo vendrá de regiones que paguen esos salarios de 16 dólares”.
Kenneth Smith aseguró que los términos de este acuerdo se cuidaron para que no afecten a las ensambladoras en México; del 40 por ciento del valor en contenido laboral, el 25 por ciento tiene que ser de trabajadores de manufactura, pero si se cuenta con ensambladoras en el país que tienen centros de diseño e investigación, mercadotecnia, entre otros, en Estados Unidos y Canadá, esos sueldos se pueden contabilizar en México, para propósitos de cumplir con la regla de origen. “No queremos que por una situación estructural de la diferencia de salarios en los países vaya haber un impacto negativo en las empresas que ya invirtieron y le apostaron a México para el crecimiento del sector; esa fue la manera de resolver el tema salarial”; destacó el jefe negociador de la Delegación Mexicana.