Guido Vildozo, socio director de vehículos ligeros para América de la consultora IHS Markit, explica que existe un proceso inflacionario (aumento generalizado y sostenido en los precios de los bienes y servicios) que ha ocasionado que la compra de un auto nuevo sea más cara.
Por ejemplo, en la primera quincena de julio de 2019, la inflación anual general fue de 3.84%; mientras que la de los vehículos tuvo una tasa mayor de 4.80%, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), con base en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De igual manera, hay “un incremento en los precios porque el 60% de los autos en México son importados, y también un aumento en las tasas financieras. Por donde se vea, comprar auto es mucho más caro…Tal vez una reducción en el tema impositivo pueda compensar intereses más altos, eso podría estimular el crecimiento del mercado interno”, añadió Vildozo.
El consumidor mexicano tiene una menor confianza respecto a la posibilidad de comprar un auto.
El nivel en el Indicador de Confianza del Consumidor del Inegi durante julio de 2019 es de 11.2, 0.2 puntos menos que en igual mes del año pasado, a la pregunta de si algún miembro del hogar planea comprar un automóvil nuevo o usado en los próximos dos años.
Guillermo Rosales, director general adjunto de la AMDA, indicó que el financiamiento es el principal factor que incentiva la demanda de vehículos nuevos, sin embargo, existe un incremento en las tasas de interés en los últimos dos años que ha contribuido a la caída del mercado.
En los primeros siete meses de 2019, la venta de vehículos ligeros cayó 6.6% a 744,296 unidades, en comparación con el mismo periodo de 2018, sin que hasta el momento se observe una fase de estabilización en el mercado, de acuerdo con datos de la AMDA y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
En el primer semestre de 2019, el financiamiento a la adquisición de vehículos nuevos disminuyó 10.4% en comparación con el mismo periodo de 2018, agregan datos de la AMDA.
“Lo que en mayor medida ha limitado la demanda de crédito automotriz tiene que ver con el sobreendeudamiento que muestran muchos de los potenciales consumidores mexicanos y ligado con ello a la disminución del poder adquisitivo en los últimos años”, añadió Rosales.
Vildozo indicó que a nivel industria todavía existe incertidumbre tanto en la relación con Estados Unidos, el socio comercial más importante de México, como a nivel político.
“Mientras que no tenemos un panorama más claro con la administración del presidente López Obrador, entonces no hay mucho sobre lo que nos podamos aferrar para decir que habrá algo de crecimiento. Esa incertidumbre la estamos traspasando a la demanda automotriz, es decir, hemos entrado a un periodo de estancamiento”, señaló el especialista de IHS Markit.
Cristina Vázquez, coordinadora de Estudios Económicos en la AMDA, manifestó en anterior conferencia que se valida la tendencia negativa en las ventas de autos nuevos, lo cual continuará en los siguientes meses del año.
Para el cierre de 2019 se espera que la venta de vehículos ligeros baje 7%.