Canadá y Estados Unidos negocian el levantamiento de los aranceles a las importaciones de acero y aluminio que se impusieron recíprocamente y buscan llegar a un acuerdo antes de la firma del nuevo Tratado de Libre Comercio, señalaron el viernes pasado fuentes coincidentes.
Bajo impulso del presidente Donald Trump, Washington impone desde el 1 de junio una tasa de 10 % a las importaciones de aluminio y de 25 % a las de acero provenientes de Canadá, que replicó en julio con medidas equivalentes.
Tras haber convenido el 30 de septiembre un nuevo TLC, rebautizado Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, Ottawa y Washington pretenden ahora solucionar el tema de los aranceles.
“Las discusiones se concentran en el acuerdo de Canadá respecto a cuotas a las exportaciones de estos metales hacia Estados Unidos a cambio del levantamiento de los aranceles por la administración Trump”, dijo el viernes el diario canadiense The Globe and Mail, citando fuentes de ambos países.
Interrogado por la AFP al respecto, un alto funcionario canadiense no desmintió esas informaciones. “Estamos bregando por un acuerdo lo antes posible”, destacó.
Mientras tanto, la Unión Europea (UE) anunció el viernes que iniciará conversaciones con Estados Unidos para solucionar un viejo contencioso sobre la carne bovina estadounidense con hormonas. El Consejo de la Unión Europea, que representa a los Estados miembros, dio el viernes un mandato a la Comisión Europea, que estará encargada de las negociaciones.
“El objetivo de las negociaciones será solucionar definitivamente un viejo diferendo”, pero no dar marcha atrás en la prohibición en la UE de la carne hormonada, afirma el Consejo en un comunicado. Se tratará en concreto de ver si “una parte” de la cuota de importaciones en la UE de carne extranjera “de alta calidad” puede “concederse a Estados Unidos”, explicó la Comisión a inicios de septiembre.
La disputa se remonta a 1988, cuando el bloque europeo prohibió la importación de carne bovina procedente de animales a los que se les suministraron hormonas de crecimiento. En represalia, y de acuerdo con una decisión de la Organización Mundial del Comercio, Estados Unidos impuso en 1999 sanciones aduaneras a ciertos productos locales europeos.
En 2009 se alcanzó un acuerdo (enmendado en 2014) en virtud del cual Estados Unidos retiró sus sanciones y la UE instauró una cuota de importación de carne extranjera “de alta calidad”, incluida la estadounidense pero manteniendo su veto a las hormonas. Pero la cuota la usaron sobre todo países como Argentina, Uruguay y Australia, lo que llevó en 2016 a EE.UU. a amenazar a la UE con restablecer los aranceles de 1999.