“Todos tenemos que estar expectantes para poder enfrentar las consecuencias en términos económicos y en otro orden”, afirmó el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ante la posibilidad de que Washington demande una renegociación del CAFTA.
“Donde muchos ven crisis, los más optimistas debemos ver oportunidades”, dijo por su parte el presidente de Guatemala, Jimmy Morales.
Entre sus primeras acciones como presidente, Trump, retiró a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y reafirmó su promesa de renegociar el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica con México y Canadá en condiciones más favorales para Estados Unidos.
En Costa Rica, el ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, aseguró que el gobierno presta “una permanente atención a lo que está pasando en Estados Unidos”, pero llamó la atención sobre el hecho de que Trump en ningún momento ha expresado interés en revisar el acuerdo con Centroamérica.
El CAFTA es un acuerdo que “no le causa (a Estados Unidos) ninguna distorsión comercial y podría no ser una buena idea (para ese país) replantear los términos de ese acuerdo”, en que participan Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana.
Aún así, el asesor económico del gobierno nicaragüense Bayardo Arce recomendó cautela: “con el presidente de Estados Unidos hay que estar observando, nadie sabe por dónde va a ir sus medidas”.
Desequilibrio comercial
Estados Unidos, el primer socio comercial de Centroamérica, tiene un saldo ampliamente favorable en su intercambio con la región, que en 2015 alcanzó un superávit de más de US$14.000 millones.
En 2015, Centroamérica importó de Estados Unidos US$23.262 millones, en rubros de alto valor agregado como automóviles, equipo electrónico, productos químicos y equipo médico, según datos del Sistema de Integración Económica Centroamericana (SIECA).
Ese mismo año, según el SIECA, el istmo vendió a Estados Unidos US$9.216 millones y muchos de los productos son de bajo valor agregado, como café, banano, otras frutas y carnes. Entre los productos de mayor valor agregado están textiles, productos de panadería, artículos médicos y alimentos preparados.
El presidente de la Unión de Productores de Nicaragua (Upanic), Michael Heally, dijo que Trump anunció la renegociación del NAFTA con Canadá y México desde la campaña electoral, pero nunca mencionó a Centroamérica.
“Yo no creo que haya afectaciones para el CAFTA como habrá en relación con otros tratados”, dijo a la AFP el dirigente de Upanic, que representa en su mayoría a productores agrícolas y ganaderos.
Sin embargo, el presidente de una organización análoga, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Nicaragua (Unag), Alvaro Fiallos, ve con preocupación las tendencias proteccionistas de la administración Trump.
“Hay incertidumbre. Qué va a pasar, no sabemos. Primero nos obligaron a firmar el TLC y ahora podrían quitarlo”, advirtió.
Rafael Medina, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (Honduras) coincidió con que el CAFTA es muy beneficioso para Estados Unidos y opinó que las diferencias entre este acuerdo y el NAFTA “son enormes”.
En el caso del CAFTA, Centroamérica se beneficia con la industria de la maquila, que solo en Honduras genera unos 135.000 empleos, pero no afecta la mano de obra en Estados Unidos porque lo que se hace en los países del istmo son acabados de manufacturas estadounidenses.
La gran mayoría de productos provenientes de Estados Unidos “van a tener cero arancel este año, se vence la salvaguarda y nuestros productores se han estado preparando para exportar”, puntualizó Medina.
Deportación de migrantes
Lo que sí puede afectar grandemente a Centroamérica es la intensificación de deportaciones de migrantes prometidas por Trump, señaló el empresario hondureño.
En 2016, solo Guatemala, Honduras y El Salvador, los que más envían migrantes a Estados Unidos recibieron remesas por US$15.735 millones de parte de sus migrantes radicados en Estados Unidos.
Estos ingresos representan entre 10% y 17% del Producto Interno Bruto en cada uno de los tres países.
En su visión optimista, el presidente Morales de Guatemala estima que la política económica de Trump beneficiará a los migrantes guatemaltecos, porque “habrá más oportunidades de empleo”.
Lo que deben hacer los migrantes en Estados Unidos es “respetar las normativas estadounidenses” porque Trump ha asegurado que serán expulsados “aquellos que tengan problemas con la ley”, subrayó Morales.