China quiere atraer inversores extranjeros para financiar su plan de convertirse en un actor de clase mundial en la industria de semiconductores. La inesperada medida coincide con el rechazo de Estados Unidos al objetivo del país asiático de controlar la nueva generación de tecnologías.
Como parte de sus esfuerzos para reducir su excesiva dependencia en tecnología extranjera, el Gobierno chino estableció un fondo con el propósito de recaudar hasta 200 mil millones de yuanes (31 mil 700 millones de dólares) para respaldar empresas locales en el rubro tecnológico, desde diseñ
“La segunda fase del fondo continúa recaudando capital. Damos la bienvenida a empresas extranjeras que quieran participar”, dijo Chen Yin, ingeniero general y portavoz del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, a periodistas en Beijing.
Los semiconductores están en el corazón de un conflicto entre las dos mayores economías del mundo, una disputa que está amenazando con convertirse en una guerra comercial, reduciendo las inversiones chinas en empresas estadounidenses.
Las consecuencias de un enfrentamiento de este tipo podría entorpecer el desarrollo de tecnologías desde la quinta generación de comunicación inalámbrica hasta inteligencia artificial en la nación asiática.
El Gobierno de Estados Unidos incluso está revisando el uso de una ley que data de 1977, bajo la cual el presidente Donald Trump podría bloquear transacciones e incautar activos bajo la declaratoria de una emergencia nacional.
La decisión de Estados Unidos de vetar a la empresa ZTE por un período de siete años recordó a Beijing la necesidad urgente de reducir su dependencia de tecnología de ese país.
Irónicamente, la medida contra ZTE ha impulsado el plan de China para destinar unos 150 mil millones de dólares en la próxima década para lograr una posición de liderazgo en el diseño y fabricación de chips.
En Estados Unidos, empresarios y funcionarios han advertido que esto podría perjudicar los intereses del país.
China está tratando de reducir su dependencia en las importaciones de semiconductores, que suman unos 200 mil millones de dólares, una cifra similar destinada al petróleo.
El país asiático compra cerca del 59 por ciento de los chips que se venden a nivel mundial, pero sus fabricantes sólo reciben 16.2 por ciento de los ingresos por ventas de la industria, de acuerdo con la firma PwC.
Un mayor temor para China es que una débil industria de semiconductores pueda afectar la seguridad nacional y al floreciente sector tecnológico.
adores de procesadores hasta fabricantes de equipos.
El fondo China Integrated Circuit Industry Investment aceptará capital extranjero, confirmó el regulador este miércoles.