El cierre parcial de algunas garitas de exportación que se mantiene desde el pasado 1 de abril tiene la intención de afectar la competitividad de México, declaró Enrique Orantes González, consultor en Comercio Exterior y Aduanas.
El también ex administrador de Aduanas en Tijuana apuntó que el recorte de carriles no solo obedece a la seguridad de Estados Unidos, como lo argumentó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
“Llama la atención que solo las garitas de Tijuana, Nuevo Laredo y Ciudad Juárez hayan sido las afectadas con este programa migratorio y no otras aduanas”, mencionó, “es una decisión política”.
Criticó que desde su punto de vista no ha existido una respuesta del Gobierno Federal ante la contingencia que afecta de manera clara al comercio.
Es un tema de fondo en el que no se puede reaccionar un mes después, dijo, porque las pérdidas a la industria maquiladora, que sustenta la economía, cada vez son mayores.
Orantes González no dudó en asegurar que el cierre de dos carriles en la garita de exportación de Otay, que luego se redujo a uno, ahuyenta la inversión.
Es una mala señal y de falta de confianza al país, añadió, no es posible que si las filas estaban en 40 minutos para empresas certificadas y máximo dos horas para no certificadas, hoy sean de 4 hasta 8.
Es algo que puede ser determinante para que una compañía despida gente o se retire del País y eso preocupa, afirmó.
“Se ha inhibido el cruce de mercancías en un 14% y por cada día de atraso en las fronteras se puede perder hasta 800 millones de dólares”, detalló.
