Uno de los principales objetivos del nuevo equipo del SAT será combatir la corrupción en aduanas, señaló el administrador general de aduanas, Ricardo Peralta Saucedo.
Durante su presentación ante la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, previo a su ratificación en el cargo, Peralta Saucedo afirmó que las aduanas en el País enfrentan un grave problema de corrupción, el cual se combatirá en este sexenio.
“Ese es uno de los grandes retos ancestrales que tiene la Administración general de aduanas”, dijo.
Agregó que uno de los objetivos de su gestión será concluir el proceso de la suscripción del Convenio de Kyoto, el cual permitirá una integración global de la operación aduanera, con mayor transparencia.
“Desafortunadamente México no forma parte de este Convenio de Kyoto y al momento de realización de todas las operaciones aduaneras a nivel mundial, en México se habla un idioma distinto. No existe esa homologación de procesos y por su puesto aumenta la opacidad en estas operaciones”, señaló Peralta Saucedo.
La suscripción al convenio, aseguró, ayudará en el combate a la corrupción en las operaciones aduaneras.
Según explicó, uno de los principales problemas en la administración aduanera ha sido el control del personal y la ética de algunos elementos, algo que debe ser atendido debido a la relevancia que las aduanas tienen dentro de la estrategia de seguridad.
“Ese es el gran reto que se tiene en las aduanas, abatir en todos los términos, en todos los procesos, la corrupción”, afirmó.
Peralta Saucedo señaló que buscará incrementar el comercio exterior, facilitarlo y estar en contacto con las asociaciones de agentes aduanales para apoyarlos en la realización de buenos negocios.
A partir del próximo año, dijo, se comenzará con un proyecto piloto en la frontera norte, en la aduana de Nogales para trabajar en conjunto con personal de la aduana de Estados Unidos y combatir actos de corrupción a través del uso de la tecnología disponible, así como compartir la información con agencias nacionales e internacionales.
El resultado, además de operaciones más transparentes, será contribuir al combate a delitos vinculados con actos de violencia, como el tráfico de armas y automóviles ilegales, así como incrementar la recaudación en los puntos aduanales.