Es común que las pequeñas y medianas empresas se interesen en explorar mercados en el extranjero, y ante la imposibilidad de competir con las grandes compañías, se enfocan a buscar un nicho de mercado –en donde la oferta comercial de mercancías similares no esté del todo cubierto o sea nulo– al que puedan destinar sus productos y expandir su negocio; y cuando lo logran se enfrentan al inconveniente de que, los primeros pedidos son volúmenes pequeños y los gastos logísticos para hacerlos llegar a su destino final son altos.
Ello suele desanimar a las compañías, y en ocasiones lo consideran un motivo para truncar la relación comercial –aún sin haberla iniciado–; sin embargo, aun cuando pudiese tratarse de un error no haber vislumbrado “anticipadamente” las implicaciones de los costos de los pequeños envíos de mercancías al extranjero, según las diferentes modalidades de transporte internacional no todo está perdido, y máxime que se logró concretar el colocar los productos en un segmento de mercado extranjero, y por más reducido que sea, hay que materializar la compra-venta, conforme a las condiciones pactadas.
Al efecto, en el marco del comercio internacional se han desarrollado estrategias logísticas en pro de los procesos de manejo y entrega de los bienes al mercado de destino, por ende, en reducción tiempo y dinero.
Con ese fin, y vinculado con el transporte de mercancías de exportación, existe una forma de optimizar los recursos de la empresa tratándose de volúmenes pequeños, la consolidación carga.
La consolidación de carga permite a las empresas compartir el espacio de un contenedor, cuando la mercancía de una sola no es suficiente para llenarlo; es decir, se juntan los productos de diferentes compañías, y todos comparten el flete internacional –el cual puede ser marítimo o aéreo–, minimizándose para cada uno de ellos los costos del transporte internacional.
El hecho de que en un solo contenedor se coloquen los productos de varias empresas, y todas se envíen al mismo tiempo –en lugar de pequeños embarques por separado– no implica que lleguen revueltas y con desperfectos a su destino, pues el consolidador de carga realiza diversos procesos para asegurarse que arriben en perfectas condiciones; esto es, desde llevarlos a un almacén de consolidación hasta organizarlos dentro de un contenedor (apilarlos) de tal manera que ocupen poco volumen y se facilite su transporte, manipulación y almacenamiento.
Los interesados en esta alternativa deben recurrir a los consolidadores de carga (prestadores de servicios en el transporte internacional de mercancías) también conocidos como embarcadores o agentes de carga –intermediario entre el exportador y transportistas–; quienes también harán la desconsolidación una vez que la mercancía arribe a su respectivo destino; esto es, separar las mercancías que han llegado en el contenedor para cada uno de los destinatarios.
[*Fuente: https://idconline.mx/