En México operan cerca de 2,500 unidades económicas especializadas en dispositivos médicos, y el número de empresas que registraron exportaciones fue superior a 600, con una tasa media de crecimiento anual de la producción que se estima en 4% y la del consumo, en 1%. En este contexto, nuestro país tiene un gran potencial en el sector: es el mayor exportador de dispositivos médicos en América Latina y el 8.º a nivel mundial.
A partir de lo anterior, es posible decir que la industria de dispositivos médicos es muy relevante para la economía nacional, tanto en materia de impacto económico como por su contribución con la atención de la salud.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID), las empresas en México cuentan con 30 plantas de producción que dan empleo a más de 130,000 personas y brindan capacitación a más de 25,000 profesionales de la salud.
Una de las ventajas que ofrece México a la industria de fabricación de dispositivos médicos es la competitividad, así como la solidez de los polos de manufactura en el norte del país, básicamente en Baja California, Chihuahua y Tamaulipas.
Competitive Alternatives. KPMG, 2016.
De acuerdo con lo dicho hasta ahora, para esta industria es fundamental reinventarse, reposicionarse y reconfigurarse para no estancarse como producto de consumo (mercancía-commodity); esto es, debe buscar insertarse en el ecosistema de la atención de la salud de forma relevante, versátil, generando valor por la inversión y gasto de mantenimiento.
Tomando como base la optimización de los dispositivos médicos, de cara a 2030 se identifica una trayectoria atractiva con el potencial de impulsar la transformación del sistema de salud hacia un mejor desempeño y costo-efectividad, en cuatro grandes ámbitos de la atención:
KPMG
Esto se explica por el hecho de que los dispositivos médicos están presentes en todo el proceso de atención del paciente:
KPMG
El sector de dispositivos médicos, así como la industria farmacéutica en general, cuenta con un gran potencial para mejorar la calidad de vida de la población, tanto en materia de salud mediante nuevas tecnologías, como en crecimiento económico, al tiempo que impulsa la investigación y optimiza los servicios en diversos sectores brindando una variedad de beneficios para la sociedad.
Nota: las ideas y opiniones expresadas en este escrito son del autor y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.
