Notimex.- El negocio del aguacate deja ganancias en exportaciones por más de 2,000 millones de dólares; México domina el 99% del mercado norteamericano y por todas sus ventajas este fruto se le denominó como el “oro verde”, sin embargo, el costo ambiental que genera su producción es tan alto que especialistas advierten un colapso ecológico en menos de 50 años.
os principales impactos ambientales son la disminución de superficies boscosas con sus efectos negativos en el sistema hidrológico, elevado uso de agroquímicos que generan contaminación de suelos y agua, erosión, disminución de la biodiversidad genética, fomento del monocultivo y reducción de los alimentos disponibles.
La bióloga y maestra en Impacto Ambiental, Alejandra Blanco Macías, explicó que la expansión de las huertas de aguacate ha propiciado que los ecosistemas de Michoacán se transformen perdiendo la mayoría de su biodiversidad, como los bosques y los servicios ambientales que ofrecen, que trae consecuencias como el aumento de temperatura.
“El estado ha perdido alrededor del 50% de su vegetación natural y gran parte de esa pérdida se debe a los aguacateros. Cuando los bosques son deforestados para plantar únicamente aguacate se pierden gran cantidad de especies.
“Aquí se trata de la crónica de un colapso ecológico anunciado, porque quitas el bosque, siembras aguacate y como ya no se infiltra el suelo cada vez tienes menos agua, entonces tienes que hacer pozos más profundos pero sacas agua con sal”, declaró la especialista.
Señaló que Michoacán es el quinto estado con más biodiversidad en México, es decir, que en una superficie muy pequeña existe una gran cantidad de plantas y animales. Sus bosques cuentan con 845 especies de árboles registrados y en al menos 18 municipios hay especies endémicas.
Los tipos de vegetación en la entidad son bosques templados, con pino y encino principalmente, los cuales son el hábitat perfecto para el aguacate, que también es un fruto endémico del país. No obstante, al cambiar el uso de suelo de forestal a agrícola se pierden las características de un ecosistema viviente, los insectos, hongos, bacterias y otros microorganismos enfrentan un desequilibrio, incluso se pueden erradicar especies que no se conocen.
“Hablando en tiempos geológicos la formación de los suelos en México es muy reciente, esto significa que son muy delgados en profundidad y en desarrollo, por eso si yo talo la vegetación original a la primera lluvia, se va a perder el poco suelo y sólo quedará el sustrato geológico.
“Mientras el suelo tiene minerales, nutrientes y organismos, el sustrato es inerte y es difícil que crezca una planta ahí”, apuntó Blanco Macías.
Michoacán es el principal productor de aguacate en el país, en 39 de sus 113 municipios se cultivan las variedades Hass, Hass Orgánico y Criollo, las localidades con mayor volumen de producción son Tancítaro, Salvador Escalante, Uruapan, Ario, Tacámbaro y Peribán.
En la entidad existen alrededor de 40,000 productores que generan 16,000 empleos fijos y 70,000 temporales.
De acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) al 31 de octubre de este año se han producido 1 millón 416,000 toneladas en 167,745 hectáreas sembradas, lo que representa un aporte del 77% a la producción nacional.
Datos del Banco de México señalaron que en 2018 el valor de las exportaciones de aguacate alcanzó los 2,494 millones de dólares. Por su parte la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (Apeam) informó que en la temporada 2018-2019 se exportaron a Estados Unidos 914,530.
Para la temporada 2019-2020 enviará más de 1 millón 042,000 toneladas del fruto verde al vecino país del norte, lo que representa un aumento de 5.23% respecto al ciclo anterior, y junto con lo comercializado en Canadá, Japón, Europa, Centroamérica y China estiman mandar 1 millón 100,000 toneladas este año.
Para satisfacer dicha demanda los productores de aguacate además de explotar los terrenos forestales, aplican un excesivo uso de fertilizantes químicos a las plantas para optimizar su rendimiento y procurar la calidad que exigen las normas de exportación.
Al respecto la bióloga, Alejandra Blanco puntualizó que el aguacate demanda una gran cantidad de nutrientes y agua, mismos que desaparecen cuando queman el bosque para después plantar una sola especie. Detalló que también se pierde la estratificación de los árboles que ayuda a la filtración del agua y captura de dióxido de carbono a diferentes niveles.
“Como aguacatero quieres hacer que tu negocio funcione, entonces le empiezas a meter herbicidas, fertilizantes y agro tóxicos los cuales se infiltran en el sustrato edáfico muy rápido.
“Estos se infiltran en el agua, se esparcen y provocan que la gente se enferme, además se produce menos oxigeno porque son plantaciones jóvenes y mono específicas”, expresó Blanco Macías.
De acuerdo con el investigador José Agustín Vidales Fernández existe un uso indiscriminado de plaguicidas en la zona aguacatera de Michoacán, al año se aplican 450,000 litros de insecticidas, 900,000 toneladas de funguicidas y 30,000 toneladas fertilizantes lo que ocasiona entre otras cosas, la contaminación del agua.
Asimismo, el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estima que el 88 por ciento productores regulares de Michoacán generan diversos problemas de contaminación que van de regulares a severos, asociados con erosión por tipo de cultivo, daño a mantos acuíferos por agotamiento y contaminación por uso de pesticidas.
Destaca que el 49% de los productores utilizan fertilizantes y pesticidas con un alto nivel de contaminación, y de éstos el 34% lo hace con niveles de contaminación extremadamente elevados y sólo el siete por ciento de los productores de aguacate no usan pesticidas sintéticos.
*Fuente:https://www.forbes.com.mx/