México está cerrando este año con una situación de fragilidad y de incertidumbre, ya que atraviesa por un momento muy delicado desde el punto de vista económico y político, afirmó el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
El presidente nacional del IMEF, Ángel García-Lascurain Valero, señaló que se han enfriado los dos motores de recuperación que tenía la economía mexicana, como son la demanda de productos nacionales por parte de Estados Unidos y la reanudación de actividades tras el golpe de la pandemia de COVID-19.
Actividades económicas vuelven a niveles prepandemia
En reunión en línea con medios de comunicación, abundó que la demanda de productos mexicanos se ha reducido por el problema con las cadenas de suministro y de fabricación internacionales por la escasez de chips, pero también se está terminando el rebote inicial de la economía mexicana después de la pandemia, pues las actividades volvieron prácticamente al nivel previo.
Además, la economía doméstica está deprimida, la inversión se encuentra en niveles de hace 11 años, con lo que perdió una década en esta materia, el consumo está muy bajo y México sí se ha empobrecido en los últimos años por que el ingreso per cápita ha caído, más de 400 mil empresas cerraron durante la crisis y hay más un millón de personas sin trabajo.
Así, México tienen una demanda interna debilitada, en un entorno internacional incierto y ahora combinado con una inflación elevada, “estamos cerrando una situación frágil de la economía”, agregó García-Lascurain Valero, quien el 31 de diciembre termina su segundo periodo anual al frente del IMEF.
Estimó que para 2022 hay seis factores a los que es importante darle seguimiento; el primero es lo que va a pasar con la pandemia y las nuevas variantes y el impacto podría tener esto sobre la actividad de las personas, de las familias y la economía en general.
En su opinión, el segundo factor y el más relevante para el año próximo seguirá siendo la creación de condiciones de certidumbre suficientes para impulsar una recuperación de la inversión privada, ya que “no puede haber desarrollo en ningún país si no hay crecimiento económico, no hay crecimiento económico sin inversión de las empresas que son las que generan fuentes de empleo permanentes y remuneradas”.
El tercer punto va a ser el ambiente político, ya que el año próximo habrá elecciones en seis estados, pero también qué va a pasar con la autonomía de las instituciones, cómo se va a gestionar el Banco de México (Banxico), principalmente desde la perspectiva de su autonomía de decisión, y qué va a pasar con el Instituto Nacional de Electoral (INE).
“Si continúa la embestida contra la autonomía de las instituciones, me parece que con el ambiente político será muy difícil que se recupere la economía”, advirtió el economista, que será sustituido como presidente del IMEF por Alejandro Martín Hernández Bringas a partir de enero de 2022.
El cuarto factor a seguir el año próximo será la estabilidad de las finanzas públicas en un entorno de menor crecimiento y, el mismo tiempo, mayores compromisos de gasto, como los que podrían derivarse de la iniciativa de reforma eléctrica.
El presidente saliente del IMEF advirtió que si se pierde la estabilidad de las finanzas públicas y si esta se pierde afectaría a la estabilidad macroeconómica de México y podría pegarle a la calificación crediticia del país.
El quinto elemento es la evolución de la inflación, en la primera quincena de diciembre de este año llegó a 7.45 por ciento, su mayor nivel desde enero de 2001, qué tan rápido se va a controlar y cuál será el rumbo de las tasas de interés para lograrlo.
Un sexto factor a considerar en 2022, dijo García-Lascurain Valero es la vinculación con Estados Unidos, tanto su comportamiento e impacto en México, así como el desenlace de los temas que afectan la relación el marco del tratado de libre comercio entre los dos países y Canadá.
Fuente:
Ivonne Martínez-https://www.razon.com.mx/negocios/economia-mexicana-cierra-2021-fragilidad-e-incertidumbre-imef-464645