La pelea va a estar sumamente caliente; habrá un fuerte intercambio de golpes.
De entrada el Fondo Monetario Internacional, Citbanamex, Fitch Ratings, el Banco Suizo UBS– entre otros–, ya lanzaron el primer guantazo.
Están convencidos que el crecimiento del Producto Interno Bruto de México se reducirá del 1.6 por ciento actual al 0.9 por ciento y/o el 0.2 por ciento en el trimestre de abril a junio y el siguiente trimestre (Julio–Septiembre), lo que pondrá a México, en una “recesión técnica”, afirman.
Por supuesto, se abstienen de informar que la desaceleración del crecimiento económico es mundial, que afecta lo mismo a China, que a Europa y hasta a Estados Unidos, cuya tasa de crecimiento se reduciría al cierre del 2019 año, del 3.2 por ciento a 1.8 por ciento, según sus propias expectativas.
Tampoco divulgan que la tasa de inflación del 3 por ciento que el Inegi ha anunciado, es la más baja en los dos últimos años y medio.
Y es que, el sistema financiero y los grandes bancos están no solo molestos sino también sumamente enojados con la política de austeridad en el gasto público, las inversiones gubernamentales en empresas paraestatales y obras públicas y los programas del bienestar social, a los que se han invertido sumas cuantiosas en beneficio de adultos mayores, jóvenes y comunidades.
“Sin querer queriendo”, como dice el refrán, lo confiesan sin tapujo alguno. Aducen que las rebajas de las calificaciones crediticias de México, se debe –cito textual—a que “la inversión sigue siendo débil y el consumo privado se ha desacelerado, como resultado de la incertidumbre en torno a las políticas, el deterioro de la confianza y el aumento de los costos de endeudamiento, que podrían aumentar tras la rebaja reciente de la calificación soberana”.
Lo que ellos proponen y quieren es que el gasto público se incremente para impulsar la inversión y el consumo del sector privado, con el cual han obtenido enormes ganancias a costa del erario público.
El FMI no dice que en este año recibirá de la actual administración gubernamental, cerca de 50 mil millones de pesos, en abono a la deuda de 120 mil millones de dólares adquirida por el Gobierno de Zedillo y avalada por sus sucesores priistas y panistas, con el llamado Fobaproa, mejor conocido como “rescate bancario”.
Esos rescates financieros que los ciudadanos pagamos con nuestros Afores e impuestos, aunados a la especulación y la usura, son precisamente, el negocio de oro del sistema financiero y bancario, como acertadamente lo señala Enrique Galván Ochoa, en su columna Dinero del periódico La Jornada:
“¿En qué nivel los intereses de los bancos comienzan a ser usureros, en términos del CAT”, Costo Anual Total? ¿50 por ciento, 70 por ciento, más de 100 por ciento?”.
“Esos porcentajes son los que regularmente cobran en algunos de sus productos”, afirma.
Es por ello que los bancos están desesperados por poner en circulación en el ámbito público y privado su fuente de ingresos más importante: el crédito y /o inversión a largo plazo con altas tasas de interés, ya sean ordinarias o moratorias.
Tan esa así, que la Asociación de Bancos de México, ofrecieron al Presidente de la República el lunes pasado, 500 mil millones de pesos, para que su Gobierno los invierta en Infraestructura, en el sector energético y agropecuario y en la pequeñas empresas.
El banco Suizo UBS, por su parte aduce que “la incertidumbre política está limitando el consumo de los hogares y poniendo en espera los proyectos de inversión privada”.
Ocultan que la mayoría de esos “proyectos de inversión privada” terminan siendo fuentes de enriquecimiento ilícitos y negocios fraudulentos entre empresarios y funcionarios corruptos que todavía los hay.
Un ejemplo señero de esos latrocinios, es la compra tramposa de Fertinali y Agronitrogenados; realizada por el Director y presidente del Consejo de Administración de Pemex, Emilio Lozoya, el dirigente sindical de esa paraestatal, Romero Deschamps, quien tiene familiares y amigos en la nomina de la paraestatal; el ex Secretario de Hacienda, Luis Videogaray y el propio ex Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quienes, según el abogado de Lozoya—Javier Coello–, fraguaron la compra a sobre costo de esa empresa con dinero que Videogaray gestionó con Nafinsa y el Banco de Comercio Exterior, ambas instituciones del Estado.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, no debe bajar la guardia. Sus rivales de hoy en turno –el sistema financiero y el económico— son los pugilistas de peso completo del neoliberalismo. Ya han noqueado a otros mandatarios, entre ellos, a Lula de Brasil.
La convocatoria que AMLO hizo al “FMI, expertos, tecnócratas y nostálgicos del neoliberalismo” a definir “si es lo mismo Crecimiento que Desarrollo”, es trascendente, pero de difícil que la acepten. Ambos conceptos ciertamente son diferentes, como bien lo señala el Presidente, pero también es cierto como dicen los financieros y banqueros, se relacionan uno al otro.
Crecimiento Económico es el cambio continuo de la producción agregada a través del tiempo. El Desarrollo Económico, es el aumento persistente del bienestar de una población desde el punto de vista económico, social y ambiental. Ambas se corresponden. Sin crecimiento económico no hay desarrollo económico y viceversa. (Experto GestioPolis.com).
Para los neoliberales la tasa de crecimiento de la economía, es un parámetro fundamental para su acumulación del capital. Para la 4ta Transformación, el Desarrollo económico es un indicador de la distribución de la riqueza y el bienestar social.
Veremos y diremos en que termina este pugilato entre conservadores y progresistas.
POSDATA DIRIGIDA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
A lo largo de toda mi trayectoria en el ejercicio periodístico, he evitado meter las manos a favor o en contra de los colegas. Hoy lo hago y me solidarizo con Alejandro Páez Varela, director de Sin Embargo.Mx, a quien conozco, he tratado y convivido durante muchos años.
Es un periodista y escritor que sabe lo que hace, cómo lo hace y por qué lo hace y por supuesto, cuáles son sus deberes, obligaciones y derechos profesionales. Le agradeceré a bien, Sr. Presidente que le pida una disculpa. Los rivales son otros, como los que he mencionado en este artículo. Le saludo con respeto y afecto.