De acuerdo con José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, ante el cierre de ProMéxico, el sector privado y particularmente los industriales interesadas tendrán que destinar recursos para contratar servicios de consultoras privadas y sus representaciones en otros mercados externos.
“Solo así podrán hacer labor de promoción, análisis y de defensa de algunos de sus intereses”.
Al inicio del actual sexenio, el gobierno federal determinó la extinción de este organismo de promoción internacional y de atracción de inversiones, en línea con la política de austeridad, y determinó dejar esta responsabilidad en manos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y las embajadas de México en el mundo.
De la Cruz Gallegos afirmó que a las embajadas tomará tiempo formar parte activa de la promoción del país en otros mercados, por lo que de forma inmediata, las empresas tendrán pocos mecanismos para subsanar la falta de la arquitectura institucional que representaba ProMéxico.
Uno de los efectos inmediatos, dijo, es que las empresas se enfocarán a los mercados con los cuales se tenga mayor flexibilidad y facilidad, en este caso Estados Unidos.
“Todos aquellos mercados que podrán ser más interesantes como Asia y Europa, de momento quedarán relegados a un segundo plano, porque evidentemente es más costoso y hay menos presencia mexicana en esas regiones.”
*Fuente: http://www.portum.mx/
