Una definición aceptada de m-commerce es la realización de transacciones comerciales en línea vía dispositivos portátiles e inalámbricos, como tabletas o celulares.
Considerando que el m-commerce es una evolución del e-commerce, destaca que el tipo de transacciones posibles en el m sean más variadas y versátiles que las del e, independientemente de las ventajas de ubicuidad que ofrecen los dispositivos móviles.
En ambos modelos hay transacciones como compra-venta de artículos en línea, operaciones bancarias, pago de servicios y adquisición de información, pero el entorno móvil ha permitido la diversificación de transacciones y mercados al ofrecer, en forma nativa, nuevas formas de pago (por ejemplo, a través de un dispositivo o de una línea celular), servicios basados en la geolocalización, apps que ofrecen soluciones y funcionalidades, identidad electrónica y mecanismos de seguridad de la información, entre otros.
A finales del año pasado, 2,000 millones de personas en el mundo hacían transacciones a través de dispositivos móviles; la participación de m-commerce en las ventas en línea al menudeo en EU llegará a 27% a finales del 2018; y cada compra-venta en línea es en promedio de 2.58 dólares, aún menor a los 4.11 dólares que se gastan al utilizar una computadora de escritorio, y se estima que el m-commerce tendrá ventas globales por 459,380 millones de dólares en el 2018.
Las cifras anteriores realzan lo suficiente al m-commerce para obtener la atención de innovadores e inversionistas, incluyendo las oportunidades que se localizan en México, en donde encontramos características favorables para este modelo de negocios, principalmente:
Una muy alta adopción de líneas celulares y el uso de dispositivos móviles por parte de, prácticamente, todos los sectores de la población. El número de teléfonos inteligentes a fines del 2017 era de 102.3 millones, o 0.83 dispositivos por cada habitante, sin importar su edad.
Baja bancarización de la población, ya que quienes tenemos una cuenta bancaria de cualquier tipo somos menos de la mitad de la población nacional. Lo anterior promueve que se busquen alternativas de pago respecto de las tradicionales.
Un entorno regulatorio favorable y a la vanguardia pues México fue de los primeros países en normar los nuevos modelos financieros a través de su llamada Ley Fintech.
Desde el punto de vista de ProMéxico, que busca impulsar el comercio internacional de México y atraer inversiones a nuestro país, la perspectiva es también favorable al m-commerce, pues se heredan los beneficios y ventajas del e-commerce, que permiten a cualquier compañía, incluyendo pymes, exportar y competir con sus productos frente a compañías grandes que realizan sus actividades en los mercados tradicionales, eliminándose barreras de entrada a la competitividad. Más específicamente, se pueden identificar características propias del mercado digital y su alcance global que favorecen el intercambio comercial de contenidos e información (música, videojuegos, software, libros digitales, por mencionar los más representativos), lo que ofrece un mercado del conocimiento muy nivelado para la competencia de nuestros productores de este tipo de materiales.
Por lo anterior, la respuesta a la pregunta planteada en el título es sí, el m-commerce sí está hecho para México, aunque no en exclusiva; ofreciendo oportunidades de negocio alternativas, particularmente para proveedores de bienes y servicios que compitan en el mercado doméstico o internacional, así como para los consumidores que, cada vez más, aprovechamos las ventajas de este modelo de negocios.