Para acelerar y mantener el paso de la economía, conservando la estabilidad macroeconómica, es preciso definir una auténtica estrategia de desarrollo e industrialización, con rumbo, objetivos e instrumentos precisos y eficaces. Sin ella, nuestra economía seguirá a flote, pero con paso lento y crecientes rezagos.
El diagnóstico no admite dudas. Frente al lento crecimiento económico mostrado por la economía y la actividad industrial en las últimas tres décadas y tomando en cuenta los cambios y tendencias que dominan el entorno internacional, México debe abrir una fase novedosa para su desarrollo, a partir de una clara y sólida política industrial que nos permita elevar la competitividad del sector fabril, innovar, conservar y ampliar las fuentes de empleo en el sector formal de la economía.
Los industriales estamos comprometidos con el bienestar y desarrollo de nuestro país y convencidos de que México, sus trabajadores, empresarios y la sociedad en general, merecemos un futuro de estabilidad y prosperidad.