El Gobierno de Estados Unidos flexibilizó su exigencia de inspeccionar en la frontera la calidad del 100% de los tomates importados desde México, a 50%, de acuerdo con el medio estadounidense Político.
También indicó que este martes podría llegarse a un acuerdo sobre este asunto, dados los plazos establecidos en la investigación antidumping sobre el caso.
La semana pasada, el Departamento de Comercio estadounidense cambió su propuesta para exigir que el 50% de todas las importaciones de tomate estén sujetas a inspección por parte del Departamento de Agricultura.
Los productores mexicanos han argumentado que no están en contra de las inspecciones, pero que el proceso propuesto por el Departamento de Comercio los sometería a retrasos arbitrarios en la frontera sin ningún recurso legal.
A partir del 7 de mayo de 2019, los exportadores de tomate mexicano se enfrentan al pago de derechos compensatorios provisionales de 17.5%, el cual debe cubrirse como garantía para poder realizar sus exportaciones hacia Estados Unidos.
El Departamento de Comercio está programado para anunciar la imposición o el rechazo de los aranceles antidumping antes del 19 de septiembre, si no se llega a un acuerdo. Un acuerdo hoy es necesario para permitir un proceso de comentarios públicos de un mes sobre cualquier compromiso.
En general, los exportadores de tomate de México y los productores de ese mismo producto de Estados Unidos, junto con el Departamento de Comercio estadounidense, ultiman un acuerdo sobre las ventas externas mexicanas de tomates al mercado estadounidense.
En abril de 1996, los tomateros de Florida y de algunos otros estados de Estados Unidos solicitaron el inicio de una investigación antidumping en contra de las exportaciones de tomate mexicano.
En noviembre del mismo año, el Departamento de Comercio determinó en su resolución preliminar que existían márgenes de dumping en la investigación, pero al mismo tiempo suspendió la investigación debido a un compromiso de precios que permitió la firma de un acuerdo de suspensión de la investigación antidumping entre los productores/exportadores mexicanos y el propio Departamento de Comercio.
El acuerdo de suspensión, aunque condiciona la entrada del tomate mexicano a Estados Unidos, ha funcionado bien para la industria mexicana, creando certeza en los flujos comerciales y ha encauzado una de las principales disputas comerciales entre México y Estados Unidos. Se ha renovado en 2002, 2008 y 2013.
Este acuerdo, que debe signarse cada cinco años, no ha podido cerrarse nuevamente hasta ahora. El correspondiente a 2013 cubre todos los tomates frescos y refrigerados, excepto los destinados a ser utilizados en el procesamiento. Aumenta de uno a cuatro el número de categorías de tomate con precios de referencia.