De acuerdo con datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, el valor de las exportaciones en mayo cayó cuatro por ciento y en junio disminuyeron cinco por ciento.
Esto luego de que en mayo de 2019 el gobierno de Estados Unidos decidió imponer una cuota de 17.5% al producto mexicano de exportación, y reactivar una demanda por supuesto dumping (cuando un producto se vende por debajo de su costo de producción).
La resolución de la investigación por dumping concluye el 19 de septiembre, y el conflicto se encuentra estancado, pues los tomateros mexicanos no han llegado a ninguna solución con el gobierno estadunidense.
El Departamento de Comercio no quiere ceder en su postura de obligarnos, a través de la firma del acuerdo, a realizar inspecciones de calidad”, acusó Mario Robles, director de la División Hortícola de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES).
EL CONFLICTO
El empresario dijo que de prosperar esta medida de inspección, México podría aplicar regulaciones similares a la importación de alimentos si éstas son pedidas por los productores mexicanos.
Por ello, solicitaron al secretario de Agricultura alistar medidas espejo para que inspeccione la calidad del maíz, trigo, soya, sorgo, lácteos, fructosas, manzanas, peras, uvas, carne de res, puerco y aves, procedentes de la Unión Americana.
Ya es tiempo de que se proteja a nuestros productores de granos básicos; se coordinen las dependencias y se inicien investigaciones de subsidios a la importación de granos y cereales de ese país”, expresó.
LA POSIBLE SOLUCIÓN
El camino para solucionar el conflicto tomatero se enrarece, pues el pasado 23 de julio el Departamento de Comercio anunció de forma preliminar que el tomate mexicano tiene un dumping de 25.28%, superior al 17.5% establecido en 1996, cuando se inició la demanda de parte de los productores estadunidenses.
La determinación final se dará a conocer el 19 de septiembre, y luego habrá un periodo de 45 días para que el Centro de Comercio Internacional (ITC) informe sobre la determinación del daño, lo cual resultaría en un arancel definitivo o el regreso al libre comercio.
Datos de la Secretaría de Economía han estimado que el conflicto implicará un costo anual superior a 350 millones de dólares para el exportador mexicanos de tomate, y que muchos pequeños y medianos exportadores se vean imposibilitados de hacer frente a la carga financiera.
Se tendrá que esperar hasta septiembre para ver cómo se arregla el problema.
