La importancia de las Cámaras recae en que son órganos de consulta y colaboración del Estado mexicano para los temas que afectan su actividad, y por lo tanto son elementos clave en temas como innovación, tecnología, mercado de exportaciones, normas técnicas y diversas regulaciones que, de no consensuarse, pueden afectar el desempeño de las empresas, los sectores y la economía en general.
En este sentido, Canacintra es un referente trascendental en lo que respecta al trabajo desempeñado por los organismos de su tipo en materia de gobernanza económica, la cual implica realizar seguimientosy análisis de todas aquellas políticas públicas que impactan en las actividades económicas y poner en la agenda públicalas opiniones, impresiones y perspectivas de empresarios, trabajadores ymiembros del sector del conocimientopara garantizar dos cosas:
a) La revisión de las políticas públicas transversales para que abonen a la estabilidad económica y el desarrollo sectorial, y
b) La confección de herramientas y acciones encaminadas a elevar la productividad del país.
Las Cámaras industriales participamos en este proceso a nivel ejecutivo: desde la titularidad del Comité Nacional de Productividad y otros espacios específicos como consejos consultivos y comisiones de trabajo que se enfocan en temas fiscales, financieros, ciencia y tecnología, innovación, energía, mejora regulatoria y comercio exterior, por mencionar algunos.
La incidencia de la participación en los espacios de representación industrial no sólo se mide por la operación rutinaria, sino por la resonancia de las propuestas y peticiones,así como su implementación.
Es por ello que en dichos espacios, como Canacintra y Concamin, donde he tenido el honor de trabajar como presidente nacional, vicepresidente y tesorero, respectivamente; he buscado impulsar propuestas para fortalecer el mercado interno y mejorar el ambiente de negocios para las empresas, especialmente pequeñas y medianas.
Ante ello, las políticas, los instrumentos y las reglas de operación de ambos organismos se alinearon, no sólo para contribuir a mejorar la competitividad sistémica, sino también para la rendición de cuentas de los programas federales dirigidos a la industria. En ese sentido, los principios que fueron adoptados fueron los siguientes:
-Privilegiar la creación de empresas con alto potencial de crecimiento y generación de valor agregado.
-Priorizar los apoyos a empresas consolidadas en una temporalidad acorde con los tiempos administrativos y los ciclos de la industria.
-Fomentar fuentes alternativas de financiamiento para las nuevas empresas a partir de instrumentos como la Banca de Nicho.
-Facilitar que el recurso se oriente a la adopción de nuevas tecnologías e innovación.
-Promover acciones conjuntas entre la industria y el gobierno en materia de compras gubernamentales.
-Desarrollar estándares de producción y certificación de calidad que permitan un mayor encadenamiento en los sectores que ha priorizado el Comité Nacional de Productividad: comercio al por menor, turismo gastronómico, turismo especializado, agroindustria, eléctrico/electrónico,aeroespacial, automotriz, industrias creativas y el sector energético.
Dichas aportaciones generadas desde y a través de las cámaras y asociaciones industriales son un reflejo de la pertinencia dela participación ciudadana en éstas, ya que son propuestas enfocadas a fortalecer las capacidades del país para enfrentar dos importantes retos económicos: la estabilización macroeconómica y el control de la inflación.
No obstante, es tiempo de pasar al siguiente nivel y que los objetivos avancen en profundidad y se aterricen para su operación.Para lograr dicho objetivo, el papel de la industria confederada es esencial y la Concamin está llamada a liderar este proceso mediante el consenso al interior de sus cámaras y asociaciones agremiadas, así como con su interlocución con otros organismos de representación empresarial.
Si la iniciativa privada mantiene este impulso y logra una sola voz representativa de todos los sectores productivos y económicos del país, estaremos consolidando la gobernanza económica y con ello, contribuyendo al desarrollo económico que México necesita para estar a la altura de los grandes retos que nos impone el contexto global y regional.