“Si se resuelve que somos excluidos, los aranceles temporales recolectados serán regresados a la industria” mexicana antes del fin del mandato del Gobierno, el 1 de diciembre, dijo el funcionario a periodistas en el marco de un foro de la industria automotriz.
El comercio bilateral de México con el otro socio comercial norteamericano, EEUU, está valuado en 500.000 millones de dólares, de los cuales 3.000 millones corresponden a productos acereros, que también están afectados por aranceles.
Canadá anunció la semana pasada aranceles a siete productos de acero, pero aplicará un proceso de análisis e investigación de 200 días para decidir las tarifas y las exclusiones definitivas, en las cuales Guajardo aspira que México sea favorecido, para que los aranceles aplicados regresen a la industria metalúrgica, concentrada en el norte del país.
Sin embargo, la prioridad mexicana siguen siendo los aranceles de 25% al acero y 10% al aluminio impuestos por EEUU desde junio pasado a los países de Norteamérica y a la Unión Europea, que provocaron retaliaciones, que gravan las importaciones de productos estadounidenses.
México aplicó medidas compensatorias en las importaciones de carne de cerdo, manzanas, quesos y vinos entre otros productos.
“El arancel que nos hemos comprometido resolver, que es el más relevante, es el caso de los aranceles por la Sección 232”, de una ley de seguridad de los años 1960, que el presidente de EEUU, Donald Trump, esgrimió para abrir una investigación para determinar si las importaciones automotrices amenazan la seguridad nacional, explicó Guajardo.
Si la investigación, que podría estar lista en noviembre, concluye que las compras son una amenaza, Trump aplicaría aranceles de 25% a las importaciones automotrices.
“Mi compromiso es poder llegar a una solución en el caso de México-EU”, enfatizó el funcionario en el foro automotriz.
Guajardo ha informado antes que una misiva paralela a las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) exoneraría a México, y asegura un arancel cero hasta un límite de crecimiento de sus exportaciones de autos a EEUU, que podría alcanzarse en 2019, y para las ventas de autopartes sin ensamblar mucho más tarde, hasta 2039.
En la industria automotriz existen grandes expectativas por resolver esa controversia antes de la firma a finales de noviembre del nuevo Acuerdo México, EEUU Canadá, que reemplazará al Tlcan, sin el concepto de libre comercio, cuya ratificación por los poderes legislativos podría demorar todo 2019.
Jesús Seade, designado jefe negociador del próximo gobierno, que presidirá desde el 1 de diciembre el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, dijo el martes que ese problema debería resolverse antes de que asuma la nueva administración.
“Ya queda mes y medio, entonces tiene que resolverse ya”, declaró el futuro funcionario.
A pesar del nuevo acuerdo comercial alcanzado, los aranceles a esos productos de acero y aluminio siguen vigentes y causando mucho ruido.
México es un importador neto de acero de EEUU, pero exporta hierro y acero por 2.500 millones de dólares a ese país en el 2017, según datos oficiales estadounidenses.
Por otra parte, las plantas siderúrgicas mexicanas exportan al mercado canadiense 127.000 toneladas de tubos para el sector energético y 62.000 toneladas de alambrón, valoradas en 212 millones de dólares que son las afectadas por aranceles impuestos por Ottawa, según cifras oficiales.
Aunque Canadá compra 80% de las exportaciones siderúrgicas del país latinoamericano, solo es el destino del 3% de las exportaciones totales mexicanas, mientras que EEUU acapara casi 85% de las ventas de productos mexicanos al exterior.
