La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) recomienda al presidente Andrés Manuel López Obrador interconectar a México con Guatemala, El Salvador y Honduras a través de una red eléctrica, un gasoducto, así como trenes de carga y el Maya, con el objetivo de fomentar el desarrollo de la región y frenar el flujo de inmigrantes.
“La integración entre México y Centroamérica debe darse a través de la interconexión de la infraestructura eléctrica, gasoducto, cabotaje y ferrocarriles”, según los mapas del plan Desarrollo Integral Triángulo Norte, un estudio encargado por el gobierno mexicano al organismo a cargo de Alicia Bárcena Ibarra, secretaria general de la Cepal.
Los primeros esbozos del plan, que será presentado en los próximos días, se dieron a conocer a embajadores a principios de enero de 2019, así como a investigadores del Colegio de México.
La Cepal plantea otras medidas para frenar la migración como vincular las remesas a políticas de desarrollo productivo, escrituración de tierras, viviendas y de activos de jefas de hogar, así como un programa de microseguros para pequeños productores ante eventos climáticos.
“Las principales razones por las que migran las personas son la falta de empleo, los bajos ingresos o las condiciones del trabajo, salvo en el caso de El Salvador, donde la violencia es mencionada como segunda causa”, dice la Cepal, que también sugiere incentivar la inversión privada y trazar un desarrollo territorial transfronterizo entre los cuatro países.
El gobierno de López Obrador espera una inversión pública y privada de entre 120 mil y 150 mil millones de pesos para la la construcción del Tren Maya, que estará listo como máximo en 2023. También busca modernizar el tren del Istmo de Tehuantepec y otras obras.
“Sería magnífico un ferrocarril (de carga) para Centroamérica, pero se tendría que hacer una gran inversión o hacer trasiego en la frontera”, señala José Antonio Toriello Elorza, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en la región Soconusco y Costa de Chiapas.
El sector empresarial propuso un plan de desarrollo sur-sureste como medida de contención de migrantes de Centroamérica, el cual avanzó con la creación de “las Zonas Económicas Especiales, que sentimos no las digieren, no les gustan o las están analizando (en el actual gobierno)”, comenta a El Sol de México.
El empresario recuerda que hay siete decretos firmados por el expresidente Enrique Peña Nieto para desarrollar Zonas Económicas en Puerto Chiapas, Salina Cruz, Coatzacoalcos, las cuales serían conectadas con ductos y trenes
“Perdimos las vías de ferrocarril y sus puentes con el huracán Stanley en 2005 y a la fecha se han hecho algunas pruebas, pero el ferrocarril no llega diario y tampoco hay mucho movimiento”, explica el representante del organismo empresarial quien pide la construcción de una estación multimodal en Puerto Chiapas.
La construcción del gasoducto Quetzal salió en el plan quinquenal del Centro Nacional de Control de Gas Natural (Cenagas) -que controla y opera la red de ductos en todo el país-, que corría de Salina Cruz a Tapachula, para llevar molécula a la zona económica que se proyectó en Puerto Chiapas, afirma Oscar Alejandro Figueroa Gutiérrez, presidente Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Chiapas.
“En la primera revisión salió como factible y era un proyecto determinado de cobertura social y en la última revisión realizada en 2017 sale como un proyecto comercial y hay una empresa interesada en hacerlo”, cuenta el empresario.
“Una interconexión es lo que realmente necesita el sureste, especialmente Chiapas, para remontar las grandes diferencias en desarrollo con los estados del centro y norte del país”, agrega.
La industria en Chiapas usa energía eléctrica para echar andar las plantas, a pesar de que es exportador y produce 19 por ciento del consumo eléctrico del país, concluye Figueroa Gutiérrez.
