Al cierre del 2018, la industria automotriz mexicana se colocó como el principal aportador al Producto Interno Bruto (PIB) manufacturero, al desplazar por primera ocasión a la industria alimentaria, con un aporte de 20.7%, destacó Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
La industria alimentaria aportó 20.3% al PIB manufacturero durante el 2018, lo que representa una pérdida de 2.3% comparado con el 2010; mientras la automotriz elevó su participación de 13 a 20.7% en ese lapso, con un avance de 7.7 por ciento.
“Hace 25 años, la industria agroalimentaria poseía 20% de toda la industria manufacturera y nosotros estamos en 6 por ciento. Hoy la alimentaria está ligeramente por encima de 20% y la automotriz en 20.7%, lo que nos convierte en la más importante de México”, destacó.
El líder de la industria dijo: “Por encima de nosotros siempre estuvo la industria alimentaria, por años”.
Tan sólo la industria automotriz y la alimentaria son generadores de 41% del PIB manufacturero, seguido de la industria química, con 6.4%, y la metálica básica, con el mismo porcentaje. Le sigue la de bebidas y del tabaco, en 5.9%, y otras manufactureras, que en conjunto aportan 40.3% al valor del Producto.
De acuerdo con datos del Inegi, la industria automotriz generaba 8.4% del PIB manufacturero en 1993 (antes de la apertura comercial); para el 2000, su aporte pasó a 12%, para luego avanzar a 13% en el 2010 y ahora superar 20.7 por ciento.
El presidente de la AMIA expresó que la industria automotriz se ha vuelto un actor clave en la economía mexicana, al ser uno de los grandes motores, al atraer un mayor número de divisas, generador de empleo y dinamismo exportador. De 1993 al 2017, el PIB de la industria automotriz creció más del doble que el PIB manufacturero y el PIB nacional.
Es el sector automotriz es el responsable de dar una balanza comercial nacional superavitaria, pues en el 2018, las exportaciones de los productos automotrices fueron de 142,180 millones de dólares, mientras que las importaciones fueron por 59,030 millones de dólares, al arrojar un superávit de 83,000 millones de dólares durante el año pasado.
Del periodo del 2000-2017, la industria automotriz se colocó como el principal receptor de Inversión Extranjera Directa, con 60,677 millones de dólares, seguido por la banca con 56,000 millones de dólares.
Esto provocó la construcción de nuevas plantas automotrices de marcas premium europeas y asiáticas, entre ellas coreanas, japonesas y chinas; al arrojar una producción récord de 4.09 millones de vehículos automotores en el 2017, lo que representó un incremento de 13% contra el 2017.
Aunque para el 2018, la producción cayó 0.6% contra el 2017, con 3 millones 908,139 vehículos. No obstante, las exportaciones automotrices al cierre del año pasado aumentaron 6%, a 3 millones 449,201 unidades, cuyo motor es el mercado estadounidense.
Para la AMIA, la preocupación más grande es el mercado interno. La cifra del mercado interno de los primeros seis meses del año está cayendo 11.4% en junio y 6.4% en el semestre, lamentó.