Salvador Sánchez Garza, Director General de IPM, explica que de acuerdo con los contratos de concesión, se iniciarán hacia finales de 2019 las obras de construcción de la terminal, con un muelle de 550 metros de frente de agua y 20 hectáreas de patios de usos múltiples, bajo el mismo esquema que la compañía desarrolló el puerto de Altamira hace 23 años.
De acuerdo con el plan de negocios, las instalaciones tendrán una vocación diversificada hacia el embarque y desmarque de contenedores, carga en general, acero, así como para el manejo de equipamientos industriales.
“Altamira es un negocio importante para el grupo, muy interesante, por eso es que buscamos Veracruz, ganamos la concesión el año pasado y está en desarrollo la terminal de carga mixta en el nuevo puerto”, dice el directivo.
Los compromisos contraídos por IPM, brazo portuario de la compañía de ingeniería Promotora y Operadora de Infraestructura (Pinfra), abarcan unos 1,974 millones de pesos (103.1 mdd), que también incluyen el equipamiento.
“Nos interesa crecer también en el área portuaria, hemos buscado participar en proyectos altamente atractivos y por eso le entramos a Veracruz, un puerto con una vocación que requiere modelos de negocios como el nuestro”, asegura.
Sanchez Garza, sabe de lo que habla. En 1996 fue puesto al frente de IPM Altamira en el extremo norte del Golfo de México, cuando apenas se movía en el recinto 40 mil contenedores y un poco de carga, actualmente el crecimiento promedio de la terminal es de 5% anual, gracias a la diversificación de las instalaciones y un esfuerzo de innovación e inversiones permanentes de las que hablaremos en una siguiente entrega.
Por lo pronto es un hecho que el ingreso de IPM Veracruz promoverá la competencia en un puerto donde el mercado de maniobras requiere de nuevos jugadores.