La legitimidad y el consenso con los que Andrés Manuel López Obrador llega al poder auguran un escenario sólido para afianzar el papel de México en el actual escenario internacional.
En 2012, López Obrador afirmó: “La política exterior en nuestro gobierno estará fundada en valores históricos de independencia y libertad; con una política que promueva el desarrollo y la democracia para hacer de México un país respetado y respetuoso”. Su estrategia se resume en su lema: la mejor política exterior es la política interior.
Japón es una pieza clave. Unen a estos dos países más de 400 años de relaciones y 130 de historia diplomática. El premier japonés, Yukio Hatoyama, y el presidente mexicano, Felipe Calderón, confirmaron en 2010 la firma del Comunicado Conjunto México-Japón para la Asociación Estratégica Global y el Crecimiento Económico en el Siglo XXI; mismo que destaca el tema del Acuerdo de Asociación Económica entre México y Japón (AAE) reconociéndose a Japón como un país estratégico con sectores de punta para impulsar la diversificación, destacando los sectores de aeronáutica civil y famaceútico.
Sin embargo, México tiene aún pendientes para eficientar las relaciones. Según datos de la Secretaría de Economía, las exportaciones totales de México a Japón fueron de 1,470,012 mil dólares en 2005, año de entrada en vigor del AAE y de 4,038,517, en 2017, mientras que las importaciones fueron de 13,077,780.1 mil dólares, en 2005 a 18,184,828, en 2017 reflejando un déficit de -14,146,311.3. De manera que si se desea alcanzar un máximo aprovechamiento de los vínculos con Japón, se requieren acciones concretas: a) conocer el mercado japonés y entender la calidad de su consumidor; b) impulsar a nivel nacional cadenas productivas que agreguen valor a nuevos productos, con especial atención en las pequeñas y medianas empresas y; c) considerar el potencial mexicano de otros sectores distintos al automotriz y otras regiones diferentes al Bajío.
La reciente visita a México del ministro de asuntos exteriores de Japón, Taro Kono es muestra el interés de Japón por fortalecer las relaciones y aprovechar las ventajas que el mercado mexicano ofrece. Para México, el momento político actual ofrece una oportunidad para cambiar el rumbo y emprender estrategias que incentiven eficientemente la diversificación.
México ofrece como bono la existencia de un Tratado de Libre Comercio con EU que estimula la inversión extranjera deseosa de acceder en mejores condiciones a ese mercado. Japón ofrece su liderazgo en grupos como el Tratado Integral Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11), su posición económica y geográfica es fundamental. El embajador de Japón en México, Sr. Yasushi Takase, afirmó que en el marco del TPP11 México encontrará nuevas oportunidades para fortalecer las relaciones bilaterales económicas, no sólo en el sector automotriz sino también en el energético y en el de la industria agroalimentaria. Finalmente, el presidente electo, AMLO tiene como prioridad la política interna fincada en la promoción del desarrollo del país. Sin duda los vínculos con EU son ineludibles para la política exterior mexicana, pero existe una profunda necesidad de diversificar las relaciones económico – comerciales; Asia Pacífico es la región más dinámica y Japón, por su trayectoria y vínculos históricos es piedra angular para México!