El director de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (Caades), Mario Robles, señaló que la negociación ha caído en un impasse –callejón sin salida-, debido a que Estados Unidos pretende que México acepte voluntariamente que los camiones que lleguen a la frontera sean inspeccionados para asegurar la calidad de manera obligatoria.
En ese sentido, señaló que al ceder a esa medida se crearía un nudo logístico en la frontera pues se tendrían que inspeccionar 120 mil camiones en un proceso que dura más de una hora y media por unidad, lo que se saturaría la inspección aduanal y se afectarían sectores como automotriz, electrónicas entre otras.
“Nos hemos reunido con el secretario de agricultura, Víctor Villalobos y la subsecretaria Luz María de la Mora, para expresarles esta preocupación y proponerle que en caso de que esto sucediera, México tendría el derecho de inspeccionar de manera obligatoria la calidad del maíz, soya, trigo, manzanas, uvas, carne de puerco, pollo, etcétera, que importamos en grandes cantidades de Estados Unidos”, aseveró.
Expuso que entre las estrategias que revisan los productores de jitomate mexicano, “se está analizando la diversificación de los cultivos, la diversificación de los mercados, la reconversión industrial para generar valor agregado al tomate y también el impulso del consumo nacional”.
Lo anterior, mientras el proceso de la investigación de dumping reactivado continúa en por el Departamento de Comercio y por la Comisión de Comercio Internacional (ITC), “la semana pasada entregamos toda la información de los productores seleccionados por ese país para que pueda dar su determinación final de dumping el 19 de septiembre”.
“Vamos a entregar esta semana alrededor de 400 cuestionarios que fueron enviados por la ITC a exportadores mexicanos, para que esta pueda evaluar el daño, si es que este existe y dar su determinación final el 03 de noviembre próximo”, reveló Robles. Indicó que el canal de comunicación con el Departamento de Comercio sigue abierto “eventualmente podríamos llegar a un acuerdo, porque así conviene para la estabilidad del mercado; pero tendría que ser un acuerdo que no afecte de manera significativa la exportación de México, ni tampoco el interés legítimo del comprador en Estados Unidos, porque eso sería peor que el arancel”.
