La peor crisis de salud de los últimos 50 años, provocada por el COVID-19, puso en evidencia la importancia de la producción de alimentos para la humanidad, ya que los sectores primarios de la economía fueron los pocos que se consideraron esenciales, por lo que siguieron activos durante los meses de confinamiento en los hogares.
Esto permitió que la crisis de salud no se convirtiera en una crisis alimentaria, lo que se hubiera traducido en hambruna para la población y en el encarecimiento de los productos de la canasta básica.
A nivel mundial, hoy más que nunca se ha revalorado el papel estratégico que desempeñan los productores agrícolas, ganaderos y pesqueros, y en algunos países como Estados Unidos se han canalizado recursos extraordinarios para compensar los daños de esta crisis.
Sin embargo, a nivel nacional, la historia es muy diferente. En México, en estos momentos los diputados federales están debatiendo un presupuesto cada vez más raquítico para el campo, eliminando programas e instituciones de apoyo al sector, como, por ejemplo, del 2018 a la fecha, los recursos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) se han reducido más del 40 por ciento y el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 propone la eliminación de nuevos programas como el de Financiamiento y Aseguramiento en el Medio Rural, que este año traía 3 mil 105.9 millones de pesos y donde se encuentran los subsidios para la prima del seguro agrícola por parte de Agroasemex y los recursos de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero.
También, el Poder Ejecutivo propone reducir 20 por ciento el presupuesto del Programa de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria, lo que pondría en riesgo los estatus fitozoosanitarios que permiten producir alimentos sanos e inocuos tanto para el mercado nacional como el de exportación.
En días pasados, los diputados federales, y posteriormente los senadores de la República, aprobaron la eliminación de 109 fideicomisos que representan para el Gobierno federal tener a su disposición 68 mil 478 millones de pesos, dentro de los cuales se encuentra el patrimonio de la Financiera Nacional que disponía de 12 mil 563.5 millones de pesos y que tenía como objetivo fondearse a través de dos líneas de crédito, una con el Banco Mundial y otra con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para brindar más de 80 mil millones de pesos en créditos para los pequeños y medianos productores primarios del país.
A pesar del abandono institucional del campo, los productores mexicanos le siguen dando buenos resultados al país. Cada año se producen más de 285 millones de toneladas de alimentos, lo que nos ubica en noveno lugar mundial en producción de alimentos.
Lo anterior, gracias al trabajo y esfuerzo de casi siete millones de productores mexicanos, de los cuales el 82 por ciento son agricultores, el 14 por ciento son ganaderos, el 2 por ciento son pescadores y un 2 por ciento son otros trabajadores del campo.
Además, de enero a agosto del 2020, se exportaron 26 mil 299 millones de dólares de productos agropecuarios, pesqueros y agroindustriales, mientras que se importaron 17 mil 460 millones de dólares, lo que resultó en una balanza comercial agroalimentaria con un superávit de 8 mil 839 millones de dólares.
Este es el saldo más alto de la historia y el sexto año con saldo positivo de la Balanza Comercial Agroalimentaria.
Hoy, la exportación de alimentos es, junto con las remesas, la actividad más importante generadora de divisas del país, con 26 mil 396 millones de dólares; le sigue la inversión extranjera directa, que genera 17 mil 969 millones de dólares; la exportación de petróleo, con 11 mil 144 millones de dólares; y el turismo extranjero, el cual genera 7 mil 530 millones de dólares.
En comparación de enero-agosto del 2020, con el mismo periodo del año pasado, las exportaciones agroalimentarias se incrementaron 2.8 por ciento (726 millones de dólares), mientras que las importaciones se redujeron 7.2 por ciento (mil 361 millones de dólares). La caída en las importaciones de alimentos se explica por la fragilidad de la economía mexicana y la reducción en el consumo. Hay que recordar que este año se espera una contracción económica del 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Como se observa, en medio de la pandemia del COVID-19, los productores mexicanos continúan produciendo alimentos para los 127 millones de mexicanos y, además, producen para exportar y captar divisas, mismas que tienen efectos multiplicadores en las economías de las 32 entidades federativas.
Por la importancia de la producción de alimentos en la soberanía alimentaria, convocamos a los diputados federales y al Poder Ejecutivo para que se haga una reflexión sobre el papel que juega la agricultura como una actividad esencial y altamente generadora de divisas, y en consecuencia se nos considere como prioritario para que se tomen las decisiones pertinentes en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 y particularmente en los recursos asignados al campo.
Fuente:
Redacción-https://www.debate.com.mx/opinion/Gustavo-Rojo-Plascencia-Caades-La-agricultura-actividad-esencial-y-altamente-generadora-de-divisas-20201031-0250.html