Una serie de ordenes administrativas de Flores llevaron a que se estableciera una estructura con varios niveles de precios según el producto que al final del día se elaboraría con la leche. Esto hacía que, por ejemplo, la leche que los ganaderos venden para producir leche fresca tuviera un precio distinto a la que suplen para la creación de quesos, mantequilla o mantecado.
“Ya las peleas se acabaron. ORIL va a tomar las determinaciones… El secretario de Agricultura no va a tener más la injerencia en el precio de la leche”, sostuvo Manuel Martínez Arbona, líder del sector de Ganaderos de la Asociación de Agricultores en una rueda de prensa en La Fortaleza tras salir de una reunión con la gobernadora.
Por un lado, las múltiples tarifas para el pago de la leche que sale de las ganaderías tienen, en teoría, la capacidad de facilitar materia prima a bajo costo para la elaboración de productos derivados y, así, sustituir importaciones.
La Asociación de Agricultores se aponía a esto, en parte, porque la estructura obligaba a los ganaderos a vender parte de su producción a precios que estaban por debajo de su costo. Esto hacía que perdieran dinero. Según Martínez Arbona, el 75% de los ganaderos han tenido pérdidas bajo esa estructura tarifaria y han optado por reducir la producción de leche.
La teoría de la Asociación es que un precio único, además de eliminar las tarifas preferenciales que provocan pérdidas a los ganaderos, permitiría que aumente la producción de leche y se reduzca el precio promedio del cuartillo de leche que sale de las vaquerías.
El economista Carlos Colón de Armas, que acompañó a los ganaderos a La Fortaleza, dijo que la reducción de precios que surge al aumentar el volumen de la producción de leche estimularía la elaboración de productos derivados a precios que pueden competir con las importaciones. Incluso sustituirlas.
Colón de Armas explicó que en el 2018, en Puerto Rico se consumieron 140 millones de cuartillos de leche en su forma líquida (leche fresca, UHT, etcétera). Sin embargo, en productos derivados de la leche se consumieron lo equivalente a 450 millones de cuartillos, la mayoría proveniente de importaciones.
“Hay un potencial enorme sustituyendo importaciones”, dijo Colón de Armas.
“A Puerto Rico le conviene que se pague un precio que estimule la producción de leche. Eso hace que se produzca la leche más barata”, añadió Colón de Armas.
*Fuente: https://www.elnuevodia.com/