Juan de Villafranca, presidente de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf), hizo un llamado a las autoridades mexicanas y, en particular, al Senado de la República para que no sea ratificado en la parte médica, “como está”, el acuerdo comercial con Canadá y Estados Unidos (T-MEC), porque se contempla ampliar la protección para que los laboratorios extranjeros puedan seguir explotando una patente.
En entrevista con Crónica, explicó que se pretende ampliar la confidencialidad de datos clínicos, es decir, “una patente la comercializan exclusivamente durante 20 años, más diez de la protección de datos clínicos y si llegan a hacer una pequeñísima modificación a su patente, vuelven a obtener otros 20 años, por una nueva patente”, con lo que tranquilamente operarían sin competencia en el mercado mexicano por 50 años.
Ejemplificó que si un medicamento de patente cuesta 800 pesos durante ese tiempo, no puede entrar al mercado un genérico que podría costar 200 pesos; eso acabarían pagándolo los usuarios.
Además, añadió, al sector público esto puede representarle en sus compras un sobreprecio de al menos 15 mil millones de pesos, en cinco años, recursos que permitirían comprar más medicamentos o destinarlos para programas de salud que tanto necesitamos.
De Villafranca, representante de una treintena de laboratorios (todos ellos 100 por ciento mexicanos), resalta la necesidad de que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador “establezca un piso parejo para empresas nacionales y extranjeras. Nosotros no estamos pidiendo proteccionismo, sólo pedimos reglas claras y todos poder operar bajo las mismas condiciones. No estamos en contra del sistema de patentes, pero sí en contra de que haya un abuso y no haya equilibrios, porque a veces, a través de ciertos mecanismos que pueden ser legales, se puede prolongar hasta 50 años la protección en el mercado nacional”, precisó.
En la reciente asamblea que se llevó a cabo en Guadalajara, Jalisco, la entidad en donde se encuentra más de la mitad de los laboratorios nacionales afiliados a la Amelaf, se señaló que “todos los empresarios vemos con buenos ojos la política del nuevo gobierno en el sentido de que quiere apoyar a la industria nacional; hay un objetivo que compartimos ciento por ciento, que es poder proveer a la población con medicamentos de buena calidad, a buen precio y suficiente abasto, y estamos en la capacidad de cumplirlo”, aseguró.
Añadió que un impulso a la industria nacional permitiría incluso mejorar la balanza y evitar que haya importación de medicamentos, “algunos laboratorios ya están exportando, pero pueden hacerlo más y éste es un buen momento. De ahí que los integrantes de la Amelaf, vemos la actual administración como el momento para que este cambio se dé”.
Otro aspecto importante que no se debe dejar de lado, dijo, es que a partir de 2008, con la eliminación del requisito de planta, muchos laboratorios extranjeros están importando medicamentos, lo que ha ocasionado una balanza comercial totalmente desproporcionada, aunado al hecho de que históricamente no ha habido una política de fomento al desarrollo de materias primas; hoy los grandes productores de materias primas son empresas de la India y de China.
Al cierre de 2006 el valor de las importaciones en México fue de 4 mil 425 millones de dólares y para el 2015 aumentó a 7 mil un millones de dólares. En contraparte, las exportaciones pasaron de mil 619 millones de dólares a 2 mil 509 millones de dólares, tema que sigue siendo preocupante para la industria, aseveró.
Comentó que a fin de no dejar pasar demasiado tiempo, los integrantes de Amelaf han tenido acercamientos con el presidente de la Comisión de Salud, Miguel Ángel Navarro Quintero, a quien le han planteado la situación “y ha habido muy buena comunicación, se ha mostrado muy receptivo a escucharnos. Lo importante es que no es sólo un laboratorio, sino toda una industria con plantas en distintos estados de la República y que generamos varios miles de empleos, con importantes inversiones, ya que contamos con plantas que tienen tecnología de primer mundo”, sostuvo De Villafranca, como presidente de Amelaf.