Se requiere de personal especializado y conocimiento de los avances tecnológicos en la materia para establecer cadenas de distribución altamente eficientes, esto reduce costos y tiempos de entrega, más cuando se trata de medicamentos o material de curación que debe llegar a los centros de consumo ubicados en el territorio nacional en el menor tiempo posible.
“Cabe mencionar que la distribución de las medicinas requiere estrategia logística para lograr un estricto control de inventarios para evitar mermas y garantizar que no existan diferencias en las entregas, estamos hablando de confiabilidad, por mencionar algunos parámetros”, describió José Ambe, director general de LDM.
Los analistas de la firma logística también consideraron que ante dicha centralización, la institución pública responsable del almacenaje de los fármacos tendría que montar y habilitar un macrocentro de distribución en la Ciudad de México de al menos 50 mil metros cuadrados con tecnología de punta para evitar que la mayor parte de la operación sea manual, porque influiría en los tiempos de entrega, aunado a contar con una plantilla de entre 800 y mil almacenistas.
El sector privado dedicado a la distribución de medicinas absorbe todos los costos de su operación, incluyendo la modernización de su infraestructura, por lo que “si las instituciones públicas buscan la distribución directa, es muy probable que el costo de los medicamentos se les encarezca alrededor de un 10%, el cual se relaciona directamente con la distribución”, comentó la firma mexicana.