“El grueso del comercio bilateral ya está establecido, no es algo que se esté promoviendo ahora. Ya está establecido por promotores y compradores que ya se conocen, ocurre entre empresas de vehículos automotores, embarcaciones, refacciones, no es un comercio tan al menudeo de un supermercado, de una tienda, que el consumidor encuentre en un anaquel; sin embargo, sobre todo con la desaparición de ProMéxico la tarea que se nos da en la embajada es ayudar a quienes quieren llagar a estos mercados”, explicó a El Economista Ernesto Céspedes Oropeza, embajador de México en Finlandia.
Añadió que Finlandia tiene una forma de comercializar muy particular, ya que cuenta con supermercados de dos potenciales grupos, más una cadena alemana que es alternativa, “pero no hay mucho más, entonces es relativamente fácil conectar, no hay que buscar mucho para encontrar compradores potenciales, a ellos hay que ofrecerles calidad y precio competitivo para que se interesen y eso es una cuestión del productor o del comercializador”.
El grueso de productos que se exporta a Finlandia son automotores, refacciones, materiales de la industria digital y productos forestales, sectores que actualmente están muy establecidos.
“Aquellos que sí necesitan ayuda en la promoción, en buscar contactos, que no pueden viajar, son especialmente exportadores y comercializadores de bebidas”, dijo el embajador.
“El ideal es que empresas de Finlandia se establezcan en México y que inviertan, pero la gran mayoría de los que muestran interés es para hacer negocios en México; además de los mercados, hay oportunidades en materia de energías renovables, manejo de desechos, manejo sustentable, ellos venden mucho el concepto de economía circular, es decir, que se aproveche todo, de tal manera que puedan volver a ser utilizados de alguna manera”, agregó Céspedes Oropeza.
Esquema educativo, una de las prioridades
El embajador explicó que Finlandia ha apostado por el actual modelo educativo, donde el método es totalmente gratuito y ofrecen mayores opciones de vinculación con las empresas.
“La característica es seguir un programa que cambia cada 10 años, determinado por el parlamento finlandés. Una vez que el parlamento en Helsinki determina qué es lo que hay que aprender, los municipios y las escuelas tienen la libertad de la metodología de cómo enseñarlo (…) Eso es muy distinto a un esquema menos flexible como el nuestro. Si eso se puede replicar se necesita de muchas décadas, no nada más de mantener las leyes y normas sino de mantener las practicas por décadas sin modificarlas”, dijo Céspedes Oropeza.
Detalló que resulta necesario partir de un proyecto educativo vinculado a un proyecto de Nación para fijar un objetivo a largo plazo “y adaptarnos, que no cambie, que sea sólido, que sea prioridad como en Finlandia”.
“Recomendaría que hubiera mayor cooperación a nivel de gestión, de la manera en que se incentiva a los jóvenes al emprendimiento, a desarrollar ideas, patentarlas, incentivarlas; si alguien tiene una buena idea, un proyecto, existen canales institucionales público privados para que se valúe, para que florezca, eso es algo independientemente de que haya comparación en el sistema educativo, pero me parece mucho muy interesante este tipo de gestión que aquellos emprendedores jóvenes o startups, que tengan ideas, proyectos, no se encuentren en un desierto institucional, que tengan que andar comprando ideas, sino que hubiera este tipo de gestión de conocimiento hacia la creación de bienes y servicios que le pudiéramos ayudar a florecer al pequeño empresario”, dijo Ernesto Céspedes Oropeza.
“Finlandia es un país que muchos consideran como un ideal, porque se oye que tiene poca corrupción, con alto nivel educativo, altos ingresos, es un estado de bienestar en realidad. Nadie está desprotegido, de alguna manera todos tienen un tipo de ayuda estatal, desempleo, maternidad, las escuelas, el sistema de salud. El mundo es distinto, lo tienen pocos modelos en el mundo”, dijo el embajador.
Pendiente
Ernesto Céspedes mencionó que una de las grandes gestiones y pendientes que existen actualmente es la ratificación del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea, que este año prevén se vuelva una realidad.
“Al texto nuevo le faltan detalles para terminar y entonces va a correr en México el camino conocido del Senado de la República que tendrá que aprobarlo una vez que esté listo, y aquí es más complicado porque tiene que pasar por el parlamento europeo y luego por los parlamentos nacionales y eso después de que haya sido aprobado en Bruselas por los ejecutivos. El camino es un poco más, pero es el proceso más importante que tenemos, es lo que deseamos que se concrete (…) Es importante seguir este proceso”, dijo.
Ilse Becerril
*Fuente:https://www.eleconomista.com.mx/