A través de nanocristales se encapsula la dosis de la vacuna para protegerla y mantenerla en buen estado a temperatura ambiente durante años.
Ante el problema de la caducidad de las vacunas actuales que requieren refrigeración, un mexicano desarrolló una plataforma donde a través de nanocristales, las dosis pueden durar muchos años para su aplicación sin representar ningún riesgo.
El creador Luis Alfonso Vaca Domínguez, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que la tecnología involucra nanotecnología, biología molecular y diseño de proteínas.
UNAM Global informó que la producción de esta tecnología es de bajo costo, por lo sería posible fomentar campañas de vacunación, sobre todo en zonas donde, por falta de electricidad, es difícil mantener las dosis.
Vaca Domínguez dijo que la plataforma universal es funcional para cualquier tipo de vacuna, ya que a través de nanocristales se encapsula la dosis para protegerla y mantenerla en buen estado a temperatura ambiente durante años.
“Lo anterior no sólo reduce los costos de producción de vacunas, sino también los de distribución y almacenamiento, en beneficio de una producción de vacunas de mayor calidad a menor precio”, destacó.
Para crear esta tecnología, se tomó como muestra la forma de sobrevivir de algunos virus de insecto. Regularmente, los virus que infectan a insectos viven poco tiempo en el medio ambiente, mueren después de algunas horas o días.
A lo largo de 600 años han evolucionado para subsistir en este planeta. “Nosotros copiamos y adaptamos esta forma de sobrevivir de virus de insectos y la adaptamos para su uso en vacunas”, detalló.
El científico descubrió que podía usar este mecanismo para mantener las vacunas. Por muchos años estudió este proceso, desde cómo los virus crean el cristal para sobrevivir, hasta cómo se implantan.
Abundó que una vacuna refrigerada se mantiene en buen estado algunos meses, y con el método de la UNAM su vida es de varios años sin requerir refrigeración.
En ese sentido, explicó que de esa forma se podría aplicar las vacunas de manera económica y sin problemas en su conservación.
Luis Alfonso Vaca informó que la investigación ya fue patentada y la propiedad intelectual pertenece a la máxima casa de estudios. “Una vez que llegue al mercado y demuestre sus bondades, seguramente, varias empresas farmacéuticas estarán interesadas en utilizarlas”.